2 Reyes 5:10-14; 2 Crónicas 20:20; Deuteronomio 28:1; Juan 14:15; Isaías 53:4-5; Salmo 103:1-5; Éxodo 15:26; Santiago 5:14-16
Eliseo envió un mensajero a él, que dijo: "Ve y
báñate en el Jordán siete veces. Tu piel
regresará a ti, y tú serás limpio." Pero Naaman se enojó y se fue diciendo:
"¡Aquí está, yo creí por seguro que él saldría personalmente, que se
pararía, clamaría en el Nombre de YAHWEH su Elohim y meneara su mano sobre la
parte enferma y así sanaría a la persona con lepra. ¿No son Abana y Farfar los ríos de Damasco,
mejores que toda el agua de Israel? ¿Por
qué no puedo bañarme en ellos y ser limpio?" Así que se volvió y se fue
enfurecido. Pero sus sirvientes se acercaron, y dijeron: "Si el profeta te
hubiera pedido que hicieras algo realmente difícil, ¿no lo hubieras hecho? Así
que, ¿no tiene más sentido hacer lo que él dice, báñate y sé limpio?" Así que él descendió y se sumergió siete veces
en el Jordán, como el hombre de Elohim había dicho que hiciera; y su piel fue
restaurada, y se hizo como la piel de un niño, y fue limpio.
Al día siguiente, madrugaron y fueron al
desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo:
"Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor, y
serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!"
Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y
cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios
te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.
Si ustedes me aman, obedecerán mis
mandamientos.
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por
Dios, y humillado. Él fue traspasado por
nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el
castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser
su santo nombre. Alaba, alma mía, al
Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de
amor y compasión; él colma de bienes tu
vida y te rejuvenece como a las águilas.
Les dijo: "Yo soy el Señor su Dios. Si
escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y
mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje
sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud."
¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a
los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el
nombre del Señor. La oración de fe
sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le
perdonará. Por eso, confiésense unos a
otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del
justo es poderosa y eficaz.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
No
me ofendo por las exigencias del Señor Jesús, Su Palabra y Sus profetas.
Cualquiera que sea el Señor requiere de mí, soy obediente en hacerlo. Por lo tanto, me levanto limpio de mis debilidades. La enfermedad y la dolencia no pueden aferrarse a mí vida, porque yo he hecho lo que el Señor Jesus requiere y Él me ha declarado sano y creo Su Palabra.
Cualquiera que sea el Señor requiere de mí, soy obediente en hacerlo. Por lo tanto, me levanto limpio de mis debilidades. La enfermedad y la dolencia no pueden aferrarse a mí vida, porque yo he hecho lo que el Señor Jesus requiere y Él me ha declarado sano y creo Su Palabra.
Si no has
recibido a Jesús tú Señor simplemente
has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre
Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el
Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16;
Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en
otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu
Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste
de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu
como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra
te bendice favor de hacérmelo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario