martes, 7 de junio de 2011

El Señor De Mi Salvación.


El Señor De MI Salvación.

Isaías 12: 1-3;  Gálatas 4:5;  Romanos 8:1;2 Timoteo 1:7   PTD

"En ese momento tú dirás: «Te agradezco, Señor, porque aunque estuviste enojado conmigo, tu enojo terminó y me has dado consuelo." "Dios es mi salvación, confiaré en él y no tendré miedo. Dios, el Señor, es mi fuerza y canción; se ha convertido en mi salvación»."  Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de salvación.

·         Así lo hizo Dios para poder comprar nuestra libertad de la ley y adoptarnos como sus hijos.

·        "Así pues, ahora Dios no condena a los que están unidos a Cristo Jesús"
·        "Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no nos hace cobardes, sino que él es para nosotros fuente de poder, amor y buen juicio."



DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Dios ha alejado Su ira de y me ha dado Su consolación.  El Señor Jesús es mi salvación, confió en Él y no tengo miedo. El Señor Jesus es mi fortaleza y mi canción. Él me ha salvado y me he convertido en parte de Su familia con plenos derechos como Su propio hijo. Tomo mi lugar con alegría y saco mi provision de los pozos de Su salvación.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.