domingo, 5 de junio de 2011

El Señor Jesús Ha Echado Mano De Mi.


 Filipenses 3:12-14; Hebreos 10:14; Lucas 9:62; 1 Corintios 9:24

No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; mas sigo adelante por si pueda echar mano de aquello, por lo cual Cristo también echó mano de mí. Hermanos no pienso que yo mismo lo haya alcanzado; empero una cosa hago, y es, que olvidando ciertamente lo que queda atrás, mas extendiéndome a lo que está delante, Me apresuro hacia el blanco, por el premio de la vocación celestial de Dios en Cristo Jesús.
.

·         Porque con una sola ofrenda hizo consumados para siempre a los santificados.  
·        Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado mirare atrás, es apto para el reino de Dios.
·         ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos corren, más uno solo lleva el premio? Corred pues de tal manera que le alcancéis.
  
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Nunca me olvido que he sido perdonado del pecado, aunque mi naturaleza pecaminosa me induce a pecar. No pretendo estar caminando en la perfección en mi actual condición humana, sino que prosigo para apoderarme de ella, porque esta es la razón por la cual Cristo Jesús me alcanzó. Por lo tanto, me olvido de lo que quedo atrás de mí y sigo hacia adelante puestos mis ojos en el premio de mi alta vocación en Cristo Jesús. Nunca dejo que mi pasado, ya sea de hace cinco años o cinco minutos atrás, me interrumpa en mi caminar con Dios. Conociendo Su gracia, no tengo razones para retroceder o estancarme. Siempre camino hacia adelante, y con cada paso mejoro y permanezco en comunión con mi Padre Celestial. Nunca olvido que el pecado ya no tiene poder sobre mí y que mi posición en Jesús está asegurada, no por mí, sino por causa de Jesús.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.