lunes, 30 de mayo de 2011

Glorifico A El Señor Jesús Y Señor Jesús Glorifica Al Padre Celestial.


Juan 8:54-55     RV95
Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. Vosotros no lo conocéis. Yo sí lo conozco y, si digo que no lo conozco, sería mentiroso como vosotros; pero lo conozco y guardo su palabra.
Salmo 91:15
Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

No me glorío ni me honro a mí mismo, porque ese tipo de honor no vale nada. Si hay alguna gloria para mí, tiene que venir de mi Padre Celestial. Y la verdad es que sólo Jesús es quien me da honra y gloria, y me da un gran nombre. ¡Qué privilegio es ser un hijo del Dios vivo! Ahora disfruto de una relación íntima de Padre e hijo con el Señor del universo! Me aferro a Su Palabra como un premio precioso. Conozco al Padre así como un hijo conoce a su Padre amoroso, y le obedezco así como un hijo honorable obedece a su padre.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.