domingo, 28 de agosto de 2011

Más Justo por la Confianza en el Señor Jesús vivirá.



Romanos 1:16-17; 2 Corintios 5:21; Salmo 40:9; 1 Corintios 1:18; Romanos 3:21; Habacuc 2:4

No me avergüenzo del evangelio,  porque es poder de Dios  para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego,  pues en el evangelio,  la justicia de Dios  se revela por fe y para fe,  como está escrito:  "Mas el justo por la fe vivirá".

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,  para que nosotros seamos justicia de Dios en él.

He anunciado justicia en la gran congregación;  he aquí,  no refrené mis labios,  Jehová, tú lo sabes.

La palabra de la cruz es locura a los que se pierden;  pero a los que se salvan,  esto es,  a nosotros,  es poder de Dios

Pero ahora,  aparte de la Ley,  se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas:

Aquel cuya alma no es recta se enorgullece;  mas el justo por su fe vivirá".


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

No me avergüenzo del Evangelio de Jesucristo porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, porque en el Evangelio, la justicia de Dios se revela - la justicia que es por la fe, a todos, desde el primero hasta el último.  Como está escrito: "El justo vivirá por la fe" en Jesús, nuestro Dios y Señor.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.