sábado, 11 de diciembre de 2010

El Padre Celestial está conmigo


Josué 1:5-9 (RV95)
Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré dar a sus padres. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Ninguno de mis enemigos será capaz de permanecer en mi contra a través de todos los días de mi vida. Mi Padre Celestial está conmigo. Es más, también ha hecho Su residencia dentro de mí. Por lo tanto, soy fuerte y valiente. Tengo plena confianza en Su capacidad para darme la victoria. Si me encuentro en peligro y dificultades resisto con firmeza y sin miedo. Soy audaz, valiente y decidido. Cumplo mi llamado con espíritu de valentía y determinación y supero todos los obstáculos que el enemigo haya  puesto en mi camino. No me aparto de la Palabra de Dios. He convertido Su Palabra en la piedra angular de mi vida para que pueda prosperar en todo lo que hago. Hablo la Palabra de Dios continuamente. Medito en Su Palabra de día y noche para que pueda hacer todo lo que dice Su Palabra. Con esto, hago mi camino próspero, tengo buenos resultados, y trato con prudencia todos los asuntos de mi vida. No me aparto de Su Palabra ¡Yo soy fiel, fuerte, vigoroso, audaz y muy valiente! ¡El miedo no tiene cabida en mi vida, porque el Señor está conmigo dondequiera que vaya!

 

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.