Ezequiel 22:30; 1 Juan 5:18; Salmo 106:29-31; Job 22:27-30; 2 Corintios 5:21
Yo busqué un hombre justo entre ellos que pudiera edificar una barricada y que se pusiera en la brecha para oponérseme a favor de La Tierra, para que Yo no la destruyera; pero no encontré ninguno. Por lo tanto Yo he derramado mi furia sobre ellos, los he consumido con el fuego de mi furia, recompensado sus propias sendas sobre sus cabezas, dice YAHWEH Elohim.
Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios lo
guarda y el maligno no lo toca.
Provocaron la ira de Dios con sus obras y se desarrolló la mortandad entre ellos. Entonces
se levantó Finees e hizo juicio, y se
detuvo la plaga. Y le fue contado por
justicia de generación en generación y
para siempre.
Orarás a él y él te oirá; y tú
cumplirás tus votos. Asimismo lo que tú determines se realizará, y sobre tus caminos resplandecerá la luz. Cuando
ellos estén abatidos, dirás tú: ¡Sean
enaltecidos! Entonces Dios salvará al de
mirada humilde. Él libertará al
inocente; por la pureza de tus manos
será liberado.
Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros seamos justicia de Dios en él.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
El Señor Jesús a través de
Su Palabra ha levantado un muro de protección alrededor de mi familia, de mis hermanos
de la fe en Cristo, de mi congragación, de
la ciudad donde vivo y de mi país, y
estoy de pie en la brecha en Su Nombre. El Señor Jesús en mi justicia, en Su Palabra
he encontrado que el Señor Jesús me ha hecho una barrera impenetrable y Satanás
no puede tocar.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.