lunes, 24 de enero de 2011

No Tengas Miedo

2 Reyes 6:12-18



Uno de los siervos respondió: No, rey y señor mío; el profeta Eliseo, que está en Israel, es el que hace saber al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu habitación más secreta. El rey ordenó: Id y ved dónde está, para que yo envíe a apresarlo. Alguien le dijo: Está en Dotán. Y el rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El criado que servía al varón de Dios se levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros, dijo a Eliseo:
¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
Eliseo respondió: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, diciendo: "Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea". Jehová abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo. Cuando los sirios descendían hacia él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: "Te ruego que hieras con ceguera a esta gente".
Y Jehová los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Señor me da a conocer todo lo que necesito saber para hacer su voluntad. Él incluso me dice cuales son los secretos íntimos de mis enemigos para que pueda preparar defensa para mi familia, mi iglesia, mi ciudad, mi país, y para mí mismo.
No tengo miedo cuando el enemigo viene como una inundación. A pesar de que venga en la noche y me rodee con un gran ejército, no me agito con terror. Cuando otros están en pánico y miedo, yo me mantengo firme. Yo sé en quien he puesto mi confianza. También sé que hay muchos más que están de mi lado y son más que todo el ejército enemigo. Yo no confío en lo que veo, porque sé que lo que NO veo es donde está el verdadero poder. Los ángeles de Dios me han rodeado y luchan a mi favor. Por lo tanto, no seré conmovido y no voy a tener miedo! Amén. Aleluya!!.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén