domingo, 14 de agosto de 2011

Clemente y Compasivo es el Señor Jesús.


 
Salmo 145:8-9; Números 14:18; Salmo 5:11-12,  103:8-13; Romanos 8:38-39; Hebreos 13:5-6
Clemente y compasivo es Jehovah, lento para la ira y grande en misericordia.
Bueno es Jehovah para con todos, y su misericordia está en todas sus obras.
 
"Jehovah es lento para la ira y grande en misericordia. El perdona la iniquidad y la rebelión, pero de ninguna manera dará por inocente al culpable. Castiga la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación."

Se alegrarán todos los que confían en ti; para siempre gritarán de júbilo, pues tú los proteges. Los que aman tu nombre se regocijarán en ti,  porque tú, oh Jehovah, bendecirás al justo; como un escudo lo rodearás con tu favor.

Compasivo y clemente es Jehovah, lento para la ira y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.  No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Pues como la altura de los cielos sobre la tierra, así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen. Tan lejos como está el oriente del occidente, así hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.   Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece Jehovah de los que le temen.

Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Sean vuestras costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tenéis ahora; porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé.  De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me hará el hombre?


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Mi Padre Celestial muestra Su compasión inquebrantable hacia mi y me viste con Su favor inmerecido.  Él muestra Su amor hacia mí,  por medio de Su paciencia, Su comprensión y Su perdón todos los días de mi vida.  No se enoja fácilmente y siempre me ayuda cuando lo necesito.  Su amor no se apartará de mí, sin importar lo que he hecho.  En el segundo que me dirijo al Señor Jesús y confieso mi pecado y me arrepiento, El me abraza y me saca del poder del diablo.  El Señor Jesús anhela hacer cosas buenas para mí.  Él no sólo es bueno conmigo algunas veces, sino que es bueno conmigo todo el tiempo.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.