lunes, 17 de octubre de 2011

Porque el Señor Jesús padeció por mí.


1 Pedro 2:20-23; Santiago 1:2-4; Lucas 6:32-34; Isaías 53:9; Romanos 12:14-17; Colosenses 3:17
Pues  ¿qué mérito tiene el soportar que os abofeteen si habéis pecado?  Pero si por hacer lo que es bueno sufrís,  y lo soportáis,  esto ciertamente es aprobado delante de Dios.  Para esto fuisteis llamados,  porque también Cristo padeció por nosotros,  dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca. Cuando lo maldecían,  no respondía con maldición;  cuando padecía,  no amenazaba,  sino que encomendaba la causa al que juzga justamente.

Hermanos míos,  gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas,  sabiendo que la prueba de vuestra fe  produce paciencia.  Pero tenga la paciencia su obra completa,  para que seáis perfectos y cabales,  sin que os falte cosa alguna.

Si amáis a los que os aman,  ¿qué mérito tenéis?  También los pecadores aman a los que los aman.   Y si hacéis bien a los que os hacen bien,  ¿qué mérito tenéis?  También los pecadores hacen lo mismo.  Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir,  ¿qué mérito tenéis?,  pues también los pecadores prestan a los pecadores para recibir otro tanto.

Se dispuso con los impíos su sepultura,  mas con los ricos  fue en su muerte.
 Aunque nunca hizo maldad  ni hubo engaño en su boca,

¿Qué,  pues,  diremos a esto?  Si Dios es por nosotros,  ¿quién contra nosotros?

Bendecid a los que os persiguen;  bendecid y no maldigáis.   Gozaos con los que se gozan;  llorad con los que lloran.  Unánimes entre vosotros;  no seáis altivos,  sino asociaos con los humildes.  No seáis sabios en vuestra propia opinión.  No paguéis a nadie mal por mal;  procurad lo bueno delante de todos los hombres.

Y todo lo que hacéis,  sea de palabra o de hecho,  hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,  dando gracias a Dios Padre por medio de él.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


Soy aprobado por Dios cuando pacientemente persevero en medio de la adversidad por alguna causa injusta o por el Nombre de Jesus.  A esto he sido llamado: a seguir los pasos del Señor Jesús, quien sufrió por mí y me dejó ejemplo de cómo soportar,  pues está escrito: Él no cometió pecado, ni se halló engaño en Su boca. Cuando proferían insultos contra Él, Él no respondía con maldición; y cuando padecía, no amenazaba,  en cambio, confió Su causa al que juzga justamente.  Sabiendo que la recompensa de Jesús para mi vida es grande, yo también soportaré con paciencia el trato injusto y desleal a causa de Su Nombre, porque sé que Dios está de mi lado.  Trabajo para Jesús y Él es quien me recompensará y promoverá.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv