lunes, 15 de octubre de 2012

Estoy atento para escuchar al Señor Jesús.



 Eclesiastés 5:1-3;  Santiago 1:21-25; 4:6-10; Oseas 6:6; Proverbios 10:19; 18:20-21; 20:25

 Vigila tus pasos cuando vayas a la casa de Elohim. Ofrenda de escuchar es mejor que los necios ofreciendo sacrificios, porque ellos no disciernen si están o no están haciendo el mal.  No hables impulsivamente – que tu corazón no esté apurado  para dar voz a tus palabras delante de Elohim.  Porque Elohim está en el cielo, y tú estás en la tierra;  así que deja que tus palabras sean pocas.
Porque las pesadillas vienen por preocuparse mucho; y la voz de un necio está en la multitud de sus palabras.

Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida.  No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.  El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.  Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.

Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: "Dios resiste a los orgullosos, pero da gracia a los humildes."   Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.  Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!  Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza.  Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.

Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.

Pro 10:19  El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.

Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla.  En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.

Trampa es consagrar algo sin pensarlo y más tarde reconsiderar lo  prometido.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Cuando voy a la casa de Dios a adorar  al Señor Jesús, considero cuidadosamente mi propósito.  Soy un hombre que me acerco a Dios para oír y aprender de Su Palabra y para hacer Su voluntad.  No soy como los que ofrecen sacrificios vacíos y nunca dejan que la Palabra de Dios llene sus vidas.  Soy constante y obediente.
Mis palabras van de acuerdo a la Preciosa Palabra de Dios y están llenas de Su poder. Las presento delante de mi Padre Celestial con un propósito específico.  No hablo demasiado y solo por hablar, sino que las considero con mucho cuidado, plantando cada una de ellas como una semilla para que lleven mucho fruto para la gloria de Nuestro Señor Jesucristo.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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