domingo, 27 de marzo de 2011

Ha Llegado La Victoria


Apocalipsis 12: 10-12  V TKIM-DE
Entonces oí una gran voz en el cielo, diciendo: "Ahora ha llegado la victoria de Jehová;  el poder y el Reino y la autoridad de su Ungido Jesús; porque el acusador de nuestros hermanos, quién los acusa día y noche delante de Dios, ¡ha sido echado fuera!"  “Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero, y por el mensaje de sus testimonios. Hasta cuando enfrentaban la muerte, no se aferraron a la vida.  "¡Por lo cual ¡alégrense, cielos y ustedes que viven allí! Pero Ay de ti, tierra y mar, ¡porque el diablo ha descendido hasta ustedes, y él tiene gran ira, porque sabe que su tiempo es corto!"


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Camino en la salvación y el poder del Señor Jesús, en la vida del reino, y en la autoridad del Señor Jesús. Satanás, era mi acusador, porque ha sido derrotado completamente y despojado de todo poder sobre mí. Le he vencido por la sangre del Cordero (derramada en la cruz por el Santo de los Santos de los cielos para mi redención) y por la Palabra de mi testimonio (la proclamación de la Palabra de Dios en cada situación y en toda batalla). No me aferro a esta vida de manera que vuelva atrás por temor a la muerte. Conozco el panorama total y mi destino eterno.  Completaré mis días en esta tierra y luego partiré pero totalmente satisfecho de una vida larga y productiva.  Por lo tanto, me regocijo en gran manera y canto alabanzas a Dios Todopoderoso, sin importar cuál sea mi situación! Jesús Tú eres mi Victoria!! Amén. Y Amén.

Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.