sábado, 18 de febrero de 2012

El Señor Jesús bendice al hombre justo.


Proverbios 3:29-35; Mateo  Romanos 12:17-21; Josué 24:15; Deuteronomio 28:1-2, 15-20; 30:19-20; Levíticos 19:18

No hagas planes contra tu semejante, que vive confiado junto a ti. No te pelees con nadie, si no te ha hecho ningún mal. No envidies al violento, ni elijas ninguno de sus caminos.  Porque el Señor detesta al perverso, pero es el mejor amigo del hombre honesto. El Señor maldice el hogar del perverso, pero bendice el del justo. El Señor se burla de los burlones, pero es bueno con los humildes. Los sabios son dignos de respeto, pero los brutos sólo merecen deshonor.

No devuelvan mal por mal. Preocúpense por ganar el respeto de todos haciendo el bien. Traten de hacer lo posible para vivir en paz con los demás.  Queridos amigos, no traten de vengarse de quien les haga algo malo, sino esperen a que Dios lo castigue, porque así está en las Escrituras: Yo soy el que castiga, les daré el pago que merecen, dice el Señor. En lugar de vengarse, haz esto: Si tu enemigo tiene hambre, dale comida. Si tiene sed, dale algo de beber. De esa manera le harás sentir vergüenza. No te dejes vencer por el mal, sino derrota el mal con el bien.

Si no desean servir al Señor, decidan hoy a quien servirán, ya sea a los dioses a los que sus antepasados servían al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven. Pero yo y mi familia serviremos al Señor.

Si obedeces completamente la voz del Señor tu Dios al seguir fielmente todos sus mandamientos que te mando hoy, entonces el Señor tu Dios te hará la nación más importante de todas. Gozarás de todas estas bendiciones si obedeces la voz del Señor tu Dios

Pero si tú no obedeces al Señor tu Dios ni sigues fielmente todos sus mandamientos y leyes que hoy te mando, entonces todas estas maldiciones vendrán sobre ti: Serás maldito en la ciudad y serás maldito en el campo. Tu canasta y tu tazón de amasar serán malditos. Tus hijos, tus cosechas, los terneros de tus manadas y los corderos de tus rebaños serán malditos. Tú serás maldito en todo tiempo y en toda actividad. El Señor te enviará maldición, confusión y obstrucción en todo lo que intentes hacer. Al final serás destruido y desaparecerás rápidamente debido a tus actos perversos en los que olvidas al Señor.

Llamo hoy al cielo y a la tierra para que sean testigos: Yo te estoy dando a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige la vida para que tú y tus descendientes puedan vivir, amando al Señor tu Dios, obedeciéndolo y estando cerca de él, porque al hacer esto tendrás vida y permanecerás por mucho tiempo sobre la tierra que el Señor prometió darles a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob

No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo.  Yo soy el Señor.



DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


No voy a pensar en hacerle daño a mi prójimo. Debido a mi unción del Espíritu Santo que el Señor Jesús mi Dios ha depositado dentro y permanece habitado siempre en mí  y disfrutar de Su paz con mi prójimo. Me esfuerzo por mantener una buena armonía con los demás sin importar los reproches, no permito que los supuestos en mi mente me muevan a tomar una mala actitud hacia alguien que actuado en mi contra. No envidio o ni codicio nada de un opresor y no elijo  ninguno de sus caminos, porque se el arrogante y el perverso son abominación de Dios. Por la sangre de mi Señor Jesucristo he sido aprobado (justificado) ante el Padre Celestial y Él es mi amigo intimo que siempre esta conmigo. El que no ha sido aprobado por mi Señor es Su enemigo y hay maldición en el y en todo lo que hace y tiene. Estar en el Señor Jesús, El trae bendición a mi vida y a mi casa y todo lo que hago, porque Él es mi guía y si algo anda mal El me ensena que he hecho mal para corregirlo así salir victorioso.  


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
hosanna.enriqueibarra@gmail.com