domingo, 7 de octubre de 2012

El Señor Jesús me ha redimido.


Salmo 106:6-10; Génesis 15:1; Salmo 103:2-4; Éxodo 15:6-10; Gálatas 3:14-16

Junto con nuestros padres, hemos pecado, hemos transgredido, actuado perversamente.  Nuestros padres en Egipto no comprendieron Tus Maravillas [Jesús]. Ellos no se acordaron de Tus Misericordias, sino que se rebelaron en el mar, en el Mar  Rojo.  Sin embargo, El los salvó por amor a Su Propio Nombre,  para hacer conocido su grandioso poder.  El reprendió el Mar  Rojo, y se secó; y El los condujo por sus profundidades como por un desierto.  El los salvó de manos de los que los odiaban, los redimió de las manos del enemigo.

Algún tiempo después la palabra de YAHWEH vino a Abram en una visión, diciendo: "No temas, Abram. Yo te escudo; tu recompensa será muy grande."

 ¡Bendice a YAHWEH, O alma mía, y no olvides ninguna de sus alabanzas! El perdona todas nuestras transgresiones, sana todas nuestras enfermedades. El que redime tu vida de la corrupción te corona con misericordia y compasión.

Tu mano derecha [Jesús, Yahshúa], YAHWEH, es excelsamente poderosa; tu mano derecha, YAHWEH, hace añicos al enemigo.
Por la abundancia de Tu Gloria has quebrantado tus enemigos en pedazos; Tú envías tu ira para consumirlos como a paja menuda.
Con el soplo de tus narices las aguas se amontonaron las aguas se congelaron como una pared, las profundidades del mar se hicieron tierra firme.  El enemigo dijo: "Yo perseguiré y alcanzaré, dividiré el botín y me hartaré de ellos.".  Tú soplaste con tu viento, el mar los cubrió, ellos se hundieron como plomo en las aguas poderosas.

Jesús el Ungido de YAWEH [el Cristo] hizo esto para que los Gentiles en unión con El puedan recibir la bendición anunciada a Abraham, a fin de que por medio de confiar con llenura de fe pudiéramos recibir lo que fue prometido, a saber, el Espíritu Santo.   Hermanos, déjenme hacer una analogía de la vida diaria: cuando alguien hace un juramento, nadie más puede anularlo ni añadirle.   Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia [zera]. No dice: "Y a sus descendientes, como si hablara de muchos; por el contrario, habla de uno; y a tu descendencia, y este uno es el Ungido de Dios, [es el Cristo, es el  Mashíaj] Jesus.

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Creo en el Señor Jesús, por lo cual el Padre Celestial me ha hecho Su hijo y estoy bajo Su protección permanentemente.  Aunque fallo, Él nunca me ha dejado abandonado sino que me recibe con gran misericordia por amor de Su Nombre.  El Señor Jesús me salva y me muestra Su gran poder en esta vida.  Él me salva con Su mano poderosa de todos los que me aborrecen.  El Señor Jesús me ha  redimido del poder del enemigo.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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