Gálatas 5:5-6; 2 Corintios 4:13, 5:7; Romanos 8:14; Santiago 1:2-8, 22-25; 2:14-26; Hebreos 10:35-11:1
Pues es por el poder del Espíritu Santo, que obra en
nosotros, por lo que confiamos y estamos llenos de fe; y confiadamente aguardamos que nuestra esperanza de obtener
justificación sea cumplida. Cuando estamos unidos con el Ungido Jesús, ni ser
circunciso, ni estar incircunciso importa; lo que importa es la confianza con
llenura de fe expresada por medio del amor.
Escrito está: "Creí, y por eso
hablé." Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso
hablamos.
Vivimos por fe, no por
vista.
Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios.
Hermanos míos, considérense muy dichosos
cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba
de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la
obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. Si a alguno
de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a
todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar,
porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a
otro por el viento. Quien es así no
piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en
todo lo que hace.
No se contenten sólo con escuchar la palabra,
pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. El que escucha la
palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un
espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es. Pero
quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en
ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al
practicarla.
Así que no pierdan la confianza, porque ésta
será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después
de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues
dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi
justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado. Pero
nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de
los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se
espera, la certeza de lo que no se ve.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Por la confianza en la Palabra de Dios (la fe), y con la
guía del Espíritu Santo dentro de mí, he comprendido ahora que he sido
justificado por la Sangre derramada por el Señor Jesús en aquella cruz, esa es la
Esperanza de Gloria en la que estoy establecido. No importa que sea judío, griego, o de otra
nacionalidad, lo único que importa es mi fe en Jesús (en Su Palabra) y mientras
viva haciendo y obrando en la ley del amor, mi fe actuará y producirá mucho
fruto de acuerdo a la voluntad del Señor Jesús mi Dios.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.