martes, 4 de octubre de 2011

¡El Señor Jesús es la Roca Viva!


 1 Pedro 2:1-5; Hebreos 5:9-14; Colosenses 3:8-10; 1 Corintios 10:3-4; Mateo 18:3-4; Isaías 28:16
Entonces, no hagan ningún mal: no digan mentiras, no sean hipócritas, no sean envidiosos ni se maldigan unos a otros.  Sean como bebés recién nacidos y busquen con ansias la leche espiritual pura. Así podrán crecer y ser salvos, ya que han comprobado que el Señor es bueno. Acérquense al Señor Jesús, quien es la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y valiosa ante Dios.  Ustedes también son como piedras vivas que Dios utiliza para construir un templo espiritual. Ustedes sirven a Dios en ese templo como sacerdotes santos, y por medio de Jesucristo ofrecen sacrificios espirituales agradables a Dios.

Así que Jesús cumplió con todo lo que tenía que hacer. Por eso, todos los que lo obedecen pueden tener salvación eterna  y Dios nombró a Jesús sumo sacerdote tal como hizo con Melquisedec. Tenemos mucho que contarles sobre esto, pero es difícil de explicar porque ustedes son lentos para entender.  Ya es hora de que sean maestros, pero todavía necesitan a alguien que les explique las primeras letras acerca de las enseñanzas de Dios. Todavía necesitan las enseñanzas que son como leche pues no están listos para la comida sólida.  El que se alimenta con leche todavía es un bebé y no sabe cómo reconocer el bien.  La comida sólida es para los que han crecido espiritualmente y para aquellos que por la práctica han aprendido la diferencia entre lo bueno y lo malo.

Pero ahora, quiten de su vida todo esto: la ira, el enojo, la maldad, los insultos y las malas palabras.  No se mientan unos a otros porque ya se despojaron del antiguo ser humano que eran y del mal que hacían.  Ustedes se han revestido de una nueva forma de ser. Dios los está haciendo nuevos a imagen del aquel que los creó hasta que lleguen al pleno conocimiento de él.

Todos comieron el mismo alimento espiritual,  y bebieron la misma bebida espiritual. Bebieron de la roca espiritual que iba con ellos, y la roca era Cristo.

Entonces les dijo: -Les digo la verdad: si no cambian y se vuelven como un niño, no podrán entrar jamás al reino de Dios.  El que se humille como este niño, será el más importante en el reino de Dios.

Por eso el Señor Dios dice esto: «Miren, colocaré una piedra de fundamento en Sión; piedra probada, principal, valiosa, un cimiento firme. El que confíe no se inquietará.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


El Señor Jesús me ha liberado de toda malicia, de todo odio y toda hostilidad.  Soy libre del engaño, la hipocresía, la envidia, la calumnia y de toda cosa semejante, las cuales han sido quitadas de mi vida.  Como un bebé recién nacido, me ha dado la leche espiritual para que por ella pueda crecer en mi salvación.  A medida que crezco, me sigue alimentando de ella, y sigo creciendo hasta poder comer la carne de la Palabra de Dios.  Nunca dejare de crecer - tomo todo lo que es bueno para mí.  He llegado a la Roca Viva – que fue desechada por los hombres, pero escogida por Dios y preciosa para El.  Es el Señor Jesus la Roca Viva e Inconmovible.  He sido recreado y hecho  sacerdote santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables para Dios en Cristo Jesús, mi Señor.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv