jueves, 1 de septiembre de 2011

Al Señor Jesús mi Dios adoraré y solo a El serviré.


 
Mateo 4:8-11; 2 Corintios 6:14; Deuteronomio 6:5-7; Lucas 10:19; Salmo 91:9-13; Hebreos 1:14

Otra vez lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,  y le dijo: 
 --Todo esto te daré,  si postrado me adoras.
Entonces Jesús le dijo: 
 --Vete,  Satanás,  porque escrito está: "Al Señor tu Dios adorarás y solo a él servirás".
El diablo entonces lo dejó,  y vinieron ángeles y lo servían.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos,  porque  ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?  ¿Y qué comunión,  la luz con las tinieblas?

"Amarás a Jehová,  tu Dios,  de todo tu corazón,  de toda tu alma y con todas tus fuerzas.  "Estas palabras que yo te mando hoy,  estarán sobre tu corazón.  Se las repetirás a tus hijos,  y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino,  al acostarte y cuando te levantes.

Os doy potestad de serpientes y escorpiones,  y sobre toda fuerza del enemigo,  y nada os dañará.

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,  al Altísimo por tu habitación,  no te sobrevendrá mal  ni plaga tocará tu morada,  pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y la víbora pisarás;  herirás al cachorro del león y al dragón.

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?



DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

No seré seducido por cualquiera fama o fortuna, e incluso la aceptación o alianza que vienen asociadas con el diablo y sus seguidores.  Nunca le daré ni un ápice de mi vida.  Yo adoro al Señor Jesús mi Dios y solo a Él le sirvo.  Tengo completa autoridad y dominio sobre el diablo y los demonios pues los echo fuera de mi familia, mi trabajo, mi iglesia, mi país, y de todo lo que Dios me ha dado.  Tengo fe en la Palabra de Dios y en el nombre Poderoso de Jesús, el enemigo huye porque Dios envía a Sus ángeles para ministrarme y defenderme y nada puede hacerme daño.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv