Juan 8:28-29; Efesios 5:1-18; Salmo 18:19; Juan 5:19, 30; Mateo 28:18-20; Filipenses 2:13
Entonces les dijo: Cuando ustedes levanten al
Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy. Sabrán que no hago nada por mi
propia cuenta, y entenderán que yo digo sólo lo que el Padre me enseñó. El que
me envió está conmigo y nunca me deja solo, porque siempre hago lo que a él le
agrada.
Así que sean como Dios pues ustedes son sus hijos amados, y sigan el
camino del amor así como Cristo nos amó y ofrendó su vida por nosotros como un
sacrificio voluntario cuyo agradable olor sube a Dios. Ustedes son el pueblo
santo de Dios; por lo tanto, entre ustedes no debe existir la inmoralidad
sexual ni ningún otro exceso. Tampoco
digan groserías, tonterías ni hagan bromas vulgares. Mejor alaben y den gracias
a Dios. Pues es seguro que el que cometa pecados sexuales no tendrá parte en el
reino de Dios, ni el que haga inmoralidades, ni tampoco el que siempre quiera
tener más cosas para sí, porque eso es como adorar a un dios falso. No permitan que nadie los engañe con ideas
falsas porque Dios se enoja con los que no lo obedecen. Así que no tengan nada
que ver con esa clase de gente. Les digo
esto porque ustedes estaban antes en la oscuridad, pero ahora están en la luz
del Señor. Por lo tanto, vivan como hijos que pertenecen a la luz. La luz trae bondad, rectitud y verdad en
abundancia. Traten de aprender qué es lo
que agrada al Señor. No participen de lo
que hacen los que practican el mal porque eso no lleva a nada bueno. Más bien
desenmascárenlos, pues hasta da
vergüenza hablar de lo que esa gente hace a escondidas. Todo lo que se expone a
la luz, se puede ver con claridad, pues todo lo que se saca a la luz se
convierte en luz. Por eso decimos: Despiértate, tú que duermes, levántate de
entre los muertos y Cristo te iluminará. Por eso hay que tener mucho cuidado
con la forma de vivir. No vivan como la gente necia, sino con sabiduría. Esto quiere decir que deben aprovechar toda
oportunidad para hacer el bien, porque estamos en una época llena de maldad. No sean tontos, mejor traten de entender cuál
es la voluntad del Señor. No se emborrachen, porque así echarán a perder su
vida. Mejor llénense del Espíritu Santo.
El Señor me rescató porque me ama; él me llevó a un lugar seguro.
Jesús les dijo: Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su cuenta.
Sólo hace lo que ve hacer el Padre. El Hijo hace lo mismo que hace el Padre.
Yo no puedo hacer nada por mi cuenta. Juzgo según lo que el Padre me
dice y mi decisión es correcta. Es así porque no trato de hacer lo que yo
quiero, sino lo que quiere el Padre que me envió."
Entonces Jesús se acercó y les dijo: -Dios me ha dado toda autoridad en
el cielo y en la tierra. Así que hagan seguidores en todas las naciones.
Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles
a obedecer todo lo que yo les he mandado. Tengan presente que yo estaré con
ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
Porque es Dios mismo quien hace posible que ustedes deseen hacer lo que
a él le agrada. Y no sólo eso, sino que también les da el poder para que lo
hagan.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
Continuamente
ando por el Camino que mi Padre Celestial me ha dado y Él me mira con una
tremenda alegría y deleite. En todo lo
que hago y digo, le doy la gloria al Señor Jesus. Solo camino en la autoridad que el Señor Jesús
me da y no en la mía. Él está siempre conmigo,
obrando tanto dentro como a través de mí, y Él pone en mi tanto el querer como
el hacer por Su buena voluntad. Porque para mí el Señor Jesús es el Gran
Yo Soy. Jesús es el Señor. Mi Dios. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Amen.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: Hosanna.enriqueibarra@gmail.com