sábado, 10 de marzo de 2012

Hablo la Palabra del Señor Jesús.


Mateo 12:35-37;  Génesis 12:1-3; Proverbios 18:20-21; Marcos 11:23-24; 2 Corintios 4:13

La persona buena dice cosas buenas, porque guarda el bien; la persona mala dice cosas malas, porque guarda lo malo. Además, les digo esto: en el Día del Juicio, la gente tendrá que dar cuenta de todas las palabras descuidadas que hayan hablado; porque por tus propias palabras, serás declarado inocente, y por tus propias palabras serás condenado."

Ahora YAHWEH dijo a Abraham: Vete de tu país, lejos de tu familia y lejos de la casa de tu padre,  y ve a la tierra que Yo te mostraré.  Yo te haré una gran nación,  Yo te bendeciré, engrandeceré tu nombre; y tú serás bendecido.  Yo bendeciré a aquellos que te bendigan, pero maldeciré a cualquiera que te maldiga;  y por ti todas las tribus de la tierra serán bendecidas.

El vientre de una persona será lleno con los frutos de su boca, con lo que sus labios producen él se saciará. La lengua tiene poder sobre la vida y la muerte, aquellos que la gobiernan han de comer sus frutos.

¡Sí! Les digo que aquel que no dude en su corazón, sino que confíe que lo que dice sucederá, puede decir a esta montaña: ¡Vete y échate a ti misma en el mar! Y le será hecho.  Por lo tanto les digo: Lo que sea que pidan en oración, confíen que lo están recibiendo, y será de ustedes.

La Palabra dice: Confié, por lo cual hablé. Por cuanto tenemos el mismo Espíritu Santo que nos capacita para confiar, también confiamos, por lo tanto, hablamos.   

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El buen tesoro que tengo en mi corazón es la Palabra de Dios, y por eso hablo lo que Jesús dice en Su Palabra.  Este tesoro lo obtengo confesando a Jesús como mi Señor y Salvador. El Padre Celestial me recibe como Su hijo, y me da Su Santo Espíritu. Por eso leo, oigo, medito (pienso constantemente) y hablo lo que dice Su Palabra. No hablo cualquier cosa porque el día del juicio daré cuenta de lo que ha hablado mi boca, y quiero ser aprobado por mi Padre Celestial.  

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
hosanna.enriqueibarra@gmail.com

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