jueves, 5 de mayo de 2011

Amo A Mi Señor Jesús y Guardando Sus Mandamientos


 Nehemías 1: 5-6; Juan 14:15-16
·        Dije: "¡Más aun, por favor, YAHWEH! ¡Elohim del cielo! ¡Tú, gran y temible Elohim, quien guarda su Pacto y extiende misericordia a aquellos que le aman y observan sus mandamientos! Que tu oído ahora esté atento y tus ojos abiertos, que Tú escuches la oración de tu siervo, la cual estoy orando delante de ti estos días, día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos – aun cuando yo confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti. Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
·       "Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos;  y Yo le pediré al Padre, y el Padre les dará otro Consejero consolador como Yo, el Espíritu de Verdad, para que esté con ustedes para siempre.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

El Señor Jesús es Dios grande y temible, que guarda su pacto de amor conmigo.  Sus oídos están siempre atentos a mi clamor y Sus ojos puestos sobre mí siempre.  A Jesús le place escuchar mis oraciones y se apresura a responderme de acuerdo  a mi fe.   Amo al Padre Celestial con todo mi corazón y guardaré sus mandamientos, todos los días de mi vida.  Le doy gracias a Nuestro Señor Jesús que le pidió al Padre Celestial que me diera un Consolador, un Fortalecedor y un Maestro que me ayuda y permanecerá conmigo para siempre. Él es el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no le conoce ni reconoce pero yo sí lo conozco y reconozco.
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.