lunes, 9 de mayo de 2011

Predica El Evangelio De Jesús A Toda Criatura.


Marcos 16:15-20
Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre  los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándolos el Señor y confirmando la palabra con las señales que la acompañaban. Amén.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

He recibido el mandato de proclamar el Evangelio de Jesús a todas las personas de este mundo.  Aquellos que crean y sean bautizados se salvarán, pero los que no crean se condenarán. A medida que camino en la fe de Su Palabra, estas señales me seguirán: En el nombre de Jesús, echo fuera los demonios, hablo en lenguas; si es necesario, tomo las víboras sin ser dañado; si bebo veneno, no me daña, y cuando pongo mis manos sobre los enfermos, éstos se sanan. Jesús es mi Señor, mi Hermano, mi Intercesor y Sumo Sacerdote de mi confesión, ahora está sentado a la diestra de la Majestad del Padre en las alturas, y Él me ha llamado a tomar mi lugar a Su lado.  Conforme proclamo las Buenas Nuevas del Evangelio de Jesús, Él está obrando en mí, confirmando Su Palabra con las señales, maravillas, y milagros que me acompañan.
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.