viernes, 22 de abril de 2011

Jehová Me Bendice y Me Gozo


Salmo 109: 26-31
¡Ayúdame, Jehová, Dios mío! ¡Sálvame conforme a tu misericordia! Y entiendan que esta es tu mano; que tú, Jehová, has hecho esto. Maldigan ellos, ¡pero bendice tú! Levántense, pero sean avergonzados, y que se regocije tu siervo. Sean vestidos de ignominia los que me calumnian; ¡sean cubiertos de confusión como con manto! Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca; en medio de la muchedumbre lo alabaré, porque él se pondrá a la diestra del pobre, para librar su alma de los que lo juzgan.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Señor Jesús es mi Roca y mi Fortaleza en momentos de dificultad. El me rescata con Gran Poder debido al gran amor que Él tiene por mí. El enemigo sabe con certeza que Dios está de mi lado. Cuando ellos maldicen, Dios bendice. Cuando atacan, El los humilla. Ellos huyen y corren envueltos en un manto de vergüenza. En cuanto a mí concierne, salgo librado de todo ataque. Me estoy riendo, regocijando de alegría y gritando alabanzas en el nombre del Señor Jesús! Él es mi Padre y mi Dios! Tomo mi lugar entre los poderosos y disfruto de sus muchas bendiciones! Estoy sentado a la mano derecha de mi Padre Celestial, juntamente con Jesús.  Él me ha dado Su Palabra y me libra de todo mal, Él nunca me ha dejado ni me ha desamparado!
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.