Lucas 6:43-45; Salmo 1:1-3; Juan 15:1-8; Proverbios 18:20-21; Filipenses 4:8; Mateo 12:33-35; Marcos 11:22-25
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto, pues todo
árbol se conoce por su fruto, ya que no se cosechan higos de los espinos ni de
las zarzas se vendimian uvas. El hombre
bueno, del buen tesoro de su corazón
saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo
malo, porque de la abundancia del
corazón habla la boca.
Bienaventurado el varón que no
anduvo en consejo de malos, ni estuvo en
camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en
la ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche. Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y
su hoja no cae, y todo lo que hace
prosperará.
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,
para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que
os he hablado. Permaneced en mí, y yo en
vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. El
que en mí no permanece, será echado
fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden. Si permanecéis
en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os
será hecho. En esto es glorificado mi
Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.
Del fruto de la boca del hombre se llena su vientre; se sacia del
producto de sus labios. La muerte y la
vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro,
todo lo amable, todo lo que es de
buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Si el árbol es bueno, su fruto es
bueno; si el árbol es malo, su fruto es malo, porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar
lo bueno, siendo malos?, porque de la abundancia del corazón habla la
boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas
cosas, y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened
fe en Dios. De cierto os digo que cualquiera que diga a este monte: Quítate y
arrójate en el mar, y no duda en su
corazón, sino que cree que será hecho lo
que dice, lo que diga le será hecho. Por
tanto, os digo que todo lo que pidáis
orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad,
si tenéis algo contra alguien,
para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a
vosotros vuestras ofensas
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
Soy
como un árbol bueno y sano que da frutos deseables. Soy un hombre con una integridad inflexible. He sido elegido para mostrar la gloria y
majestad de mi Padre Celestial. Soy
conocido e identificado por el fruto que doy en mi vida. Concentro mi atención en lo que es bueno,
honorable y digno de elogio. Voluntariamente
permito dejar entrar en mi corazón solo las cosas buenas y rechazo las cosas
corruptas de los impíos. De los tesoros
de las cosas buenas que he sembrado en mi corazón, produzco una cosecha que es
honorable e intrínsecamente buena. Propongo
en mi corazón hablar sólo aquellas cosas que producen un ambiente propicio para
la vida que Dios me da. Mi vida es Jesús
por lo tanto mi corazón habla de la Vida.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: Hosanna.enriqueibarra@gmail.com