sábado, 15 de enero de 2011

El Señor Jesús Hace Honor a Su Nombre

1 Samuel 12:22-24  (DHH)
Pues el Señor, haciendo honor a su nombre, no los abandonará; porque él quiere que ustedes sean su pueblo. En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de rogar por ustedes. Antes bien, les enseñaré a comportarse de manera buena y recta. Ustedes solo tienen que respetar al Señor y rendirle culto con verdad y de todo corazón, teniendo en cuenta lo mucho que él ha hecho por ustedes.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Dios me ha prometido por Su Nombre que no me dejará ni me desamparará porque El me ha escogido como Su hijo. Él me ha colocado en Su familia. Ahora tengo una multitud de hermanos y hermanas de toda raza y nación. Lejos de volver al pecado en contra de Jesús mi propósito es nunca dejar de orar  por todos ellos. Ellos son mi familia. Somos de la Sangre de Jesús. El Señor me dirige y me imparte Su conocimiento para seguirle siempre. El me lleva en un camino claro que es bueno y correcto. Voy a honrar y a servir a mi Señor Jesús con todo mi corazón. Nunca me olvidaré todas las cosas buenas que Él ha hecho por mí.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.