Salmo 112:1-9; 1:1-3; 102:28; Proverbios 1:33; 3:16, 24; 8:18; 10:7 ; Génesis 12:1-3; 13:2; Mateo 5:14-16; 2 Timoteo 1:7; Números 14:8; Hebreos 13:9; Isaías 12:2
¡Halleluyah! Bendecido es el hombre que teme a YAHWEH, grandemente se deleita en sus mandamientos Su zera será poderosa en la tierra, una
generación bendita de gente recta. Gloria y riquezas habrá en su casa, y su justicia permanece para siempre. Para los rectos El resplandece como una luz en
la oscuridad, misericordioso, compasivo y justo. El buen hombre es aquél que es misericordioso
y presta, el que conduce sus asuntos
con equidad; porque él nunca será
movido. Los justos serán recordados para
siempre. No será movido para siempre; נ su corazón está firme, confiando en YAHWEH. Su corazón está firme, no tendrá temor, hasta que vea su deseo sobre sus enemigos. El distribuye libremente, da al pobre; su justicia permanece para siempre, su cuerno
será exaltado con honor. Los pecadores estarán indignados cuando vean esto; crujirán los dientes y se consumirán, los deseos del pecador perecerán.
Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo
de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha
sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su Ley
medita de día y de noche. Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará.
Los hijos de tus siervos habitarán seguros y su descendencia será establecida delante de
ti.
Pero el que me escuche vivirá confiadamente, estará tranquilo, sin temor del mal.
Larga vida hay en su mano derecha, y en su izquierda, riquezas y honra.
Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás y tu
sueño será grato.
Las riquezas y el honor me acompañan; los bienes permanentes y la justicia.
La memoria del justo es bendecida, mas el
nombre de los malvados se pudrirá.
Jehová había dicho a Abram: Vete de tu
tierra, de tu parentela y de la casa de
tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré
de ti una nación grande, te
bendeciré, engrandeceré tu nombre y
serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de
la tierra.
Abram era riquísimo en ganado, y en plata y oro.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una luz y
se pone debajo de una vasija, sino sobre
el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Si Jehová se agrada de nosotros, él nos llevará a esta tierra y nos la
entregará; es una tierra que fluye leche
y miel.
No os dejéis llevar de doctrinas diversas y
extrañas. Es mejor afirmar el corazón
con la gracia, no con alimentos que
nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellos.
He aquí,
Dios es mi salvación; me
aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es Jah, Jehová, quien ha sido salvación para mí.
Leer también:
Deuteronomio 28:1-14; Mateo 16:19-33; Malaquías
3:6-12; 2 Corintios 9:5-11
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Le doy la gloria y honra con toda la debida reverencia
al Señor Jesús y encuentro gran deleite en Su Palabra. Soy bendecido en todo lo
que hago. La abundancia de las riquezas están en mi casa y Su justicia no tiene
fin. Él me ha enseñado a ser misericordioso y compasivo, al igual que Él. En Él, la oscuridad se convierte en luz en mi
presencia. No tengo ninguna tiniebla. Las cosas buenas me alcanzan siempre,
pues he aprendido la bendición de dar libremente para la proclamación del reino
de Dios. Yo soy conocido como un hombre justo y recto. Puedo distribuir los
regalos con regularidad a las personas necesitadas y la aprobación de Dios (Su
Justicia) permanece para siempre. Cuando las malas noticias vienen, no me
muevo. Cuando el espíritu de temor viene contra mí, yo le hago frente con
valentía. Yo sé en quien he fijado mi confianza y mi victoria me es dada
absolutamente por Jesús.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.