jueves, 15 de septiembre de 2011

¡El Señor Jesús extiende Su mano!


Marcos 1:40-42; Isaías 61:1-3; Lucas 10:18-19; Santiago 5:14-16; Salmo 103:1-5; Lucas 7:13

Vino a él un leproso que,  de rodillas,  le dijo: Si quieres,  puedes limpiarme.  Jesús,  teniendo misericordia de él,  extendió la mano,  lo tocó y le dijo: Quiero,  sé limpio. Tan pronto terminó de hablar,  la lepra desapareció del hombre,  y quedó limpio.

El espíritu de Jehová,  el Señor, está sobre mí,  porque me ha ungido Jehová.   Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres,  a vendar a los quebrantados de corazón,  a publicar libertad a los cautivos  y a los prisioneros apertura de la cárcel;  a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová  y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los que están de luto;  a ordenar que a los afligidos de Sión  se les dé esplendor en lugar de ceniza,  aceite de gozo  en lugar de luto,  manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.  Serán llamados  "Árboles de justicia, Plantío de Jehová,  para gloria suya.

Les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.  Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones,  y sobre toda fuerza del enemigo,  y nada os dañará.

¿Está alguno enfermo entre vosotros?  Llame a los ancianos  de la iglesia para que oren por él,  ungiéndolo con aceite  en el nombre del Señor.  Y la oración de fe salvará al enfermo,  y el Señor lo levantará;  y si ha cometido pecados,  le serán perdonados.  Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros,  para que seáis sanados.  La oración eficaz del justo puede mucho.

Bendice,  alma mía,  a Jehová,  y bendiga todo mi ser su santo nombre.   Bendice,  alma mía,  a Jehová,  y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus maldades,  el que sana todas tus dolencias,  el que rescata del hoyo tu vida,  el que te corona de favores y misericordias,  el que sacia de bien tu boca  de modo que te rejuvenezcas como el águila.

Cuando el Señor la vio,  se compadeció de ella y le dijo: No llores.



 DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


El Señor Jesús está dispuesto, Él quiere sanar a todos los que están oprimidos por el diablo y Su poder sanador está disponible para todos lo que podemos recibirlo por la fe en Su Palabra.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv