Hageo 2:19; Zacarías 8:12; Lucas 14:28; 2 Corintios
9:5-11; Malaquías 3:6-12; Mateo 6:19-33
¿Está todavía la semilla en el granero? Todavía la
vid, la higuera, el granado y el olivo no han dado fruto; pero desde hoy yo os
bendeciré.
Porque habrá simiente de paz: la vid dará su fruto, la
tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de
este pueblo herede todas estas cosas.
Porque, ¿quién
de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el
costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla? No sea que cuando haya echado los cimientos y
no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: Este
hombre comenzó a edificar y no pudo terminar. ¿O qué rey, cuando sale al encuentro de otro
rey para la batalla, no se sienta primero y delibera si con diez mil hombres es
bastante fuerte como para enfrentarse al que viene contra él con veinte
mil? Y si no, cuando el otro todavía
está lejos, le envía una delegación y pide condiciones de paz.
Así que creí
necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y prepararan de antemano
vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como
ofrenda generosa, y no como por codicia. Pero esto digo: El que siembra
escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente,
abundantemente también segará. Que cada uno dé
como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque
Dios ama al dador alegre. Y Dios puede
hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo
lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra; como está
escrito: EL ESPARCIO, DIO A LOS POBRES; SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE. Y el que suministra semilla al sembrador y pan
para su alimento, suplirá y multiplicará vuestra sementera y aumentará la siega
de vuestra justicia; seréis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual
por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios.
Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso vosotros, oh
hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os
habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado. Volved a mí y yo
volveré a vosotros dice el SEÑOR de los ejércitos. Pero decís: "¿Cómo
hemos de volver?" ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me
estáis robando. Pero decís: "¿En qué te hemos robado?" En los diezmos
y en las ofrendas. Con maldición estáis
malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando. Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya
alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto dice el SEÑOR de los
ejércitos si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros
bendición hasta que sobreabunde. Por
vosotros reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo;
ni vuestra vid en el campo será estéril dice el SEÑOR de los ejércitos. Y todas las naciones os llamarán
bienaventurados, porque seréis una tierra de delicias dice el SEÑOR de los
ejércitos.
No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla
y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde
ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también
tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo
tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará
lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande
será la oscuridad! Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno
y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas. Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué
comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida
más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni
siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté,
puede añadir una hora al curso de su vida? Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis?
Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria
se vistió como uno de éstos. Y si Dios
viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará
mucho más por vosotros, hombres de poca fe? Por tanto, no os preocupéis, diciendo:
"¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué nos
vestiremos?" Porque los gentiles
buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que
necesitáis de todas estas cosas. Pero
buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Cuando he sembrado en abundancia, el Señor Jesús ha hecho
prosperar mi cosecha en abundancia, la cual contabilizo con mucho cuidado para
mi nueva siembra. Sin dejar nada apartado en el granero. Porque mi Señor Jesús me
da semilla para sembrar y abundante cosecha para disfrutar. No voy a comer la
mejor semilla que es para sembrare, para que el reino de Dios avance.
Cuando hago estas cosas, tengo la Palabra del Señor Jesús
de que Él me bendecirá con Su abundancia.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar
en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te
lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13;
Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.