viernes, 28 de enero de 2011

La Promesa Es Por Fe en Jesucristo

Gálatas 3:22-29
 Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado,  para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a los creyentes.  Pero antes que llegara la fe,  estábamos confinados bajo la Ley,  encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.  De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo,  a fin de que fuéramos  justificados por la fe.  Pero ahora que ha venido la fe,  ya no estamos bajo un guía,  porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús,  pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo,  de Cristo estáis revestidos.   Ya no hay judío ni griego;  no hay esclavo ni libre;  no hay hombre ni mujer,  porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.  Y si vosotros sois de Cristo,  ciertamente descendientes de Abraham sois,  y herederos según la promesa.


                                                           
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Recibo lo prometido por la fe:  que Jesús es el Hijo de Dios que pagó un gran precio por mí.  No confío en las obras que se hacen por la ley a fin de alcanzar  la promesa, porque la Ley fue dada para que me llevara a Jesús; para que pudiera ser justificado (aprobado por Dios) por la fe. Por lo tanto, ya no estoy bajo la supervisión de la ley.  Soy un hijo de Dios por la fe en Jesucristo, por cuanto fui bautizado en Cristo, ahora estoy vestido de Cristo. Este es el resumen de mi justificación.   Ahora descanso en la justicia de Jesús.  Como todos mis hermanos y hermanas en la fe de Jesús se han revestido de Cristo, ya no hay distinción alguna entre las razas, clases sociales o de género, porque todos somos uno en Él.  Soy un hijo de Dios que ha nacido de nuevo. Pertenezco a Jesucristo, por lo tanto, soy de la simiente de Abraham y heredero según la promesa.



Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén