Lucas 6:17-19; Job 29:21-25; Santiago 4:7; 5:14-16; Lucas 10:19; Juan 14:12; Marcos 16:17-20
Descendió con ellos y se detuvo en un lugar
llano, en compañía de sus discípulos y
de una gran multitud de gente de toda Judea,
de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón que había venido para oírlo y para ser
sanados de sus enfermedades; también los que habían sido atormentados por
espíritus impuros eran sanados. Toda la
gente procuraba tocarlo, porque poder
salía de él y sanaba a todos.
Los que me escuchaban, esperaban callados mi
consejo; tras mi palabra no replicaban, pues mi razón destilaba sobre ellos. Me esperaban como a la lluvia; abrían su boca como a la lluvia tardía. Si me
reía con ellos, no se lo creían; pero no
dejaban apagar la luz de mi rostro. Yo les indicaba su camino y me sentaba
entre ellos como el jefe. Vivía como un rey en medio de su ejército, o como
el que consuela a los que lloran.
Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe
salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará; y si ha cometido
pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros y
orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo
puede mucho.
Os doy potestad de pisotear serpientes y
escorpiones, y sobre toda fuerza del
enemigo, y nada os dañará.
De cierto,
de cierto os digo: El que en mí cree,
las obras que yo hago, él también
las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes
en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos,
saliendo, predicaron en todas partes, ayudándolos el Señor y confirmando la palabra
con las señales que la acompañaban.
Amén.
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
Las personas se sienten
atraídos por el Espíritu Santo, que mora dentro de mí, y El Señor Jesús pone Su
Palabra en mi boca y mi confianza esta en Su Palabra; declaro Su Palabra con poder
y ese poder Sanador obra en ellos. Cualquier
espíritu inmundo, cualquier adversidad, huye
ante la presencia del Señor Jesús.
Si no has recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el
nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos
2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a
morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que
si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas
11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que
Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos.
Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste
y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho
esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
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