2 Corintios 12:9-10; Romanos 5:1-2; 8:31, 37; 1Pedro 4:14; Colosenses 1:27-29; 1 Corintios 13:4
Pero él me dijo: Te basta con mi gracia, pues
mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré más
bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de
Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones,
persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.
En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos
paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y
mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes.
Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede
estar en contra nuestra?
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó.
Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque
el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de
este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de
gloria. A este Cristo proclamamos,
aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos
a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder
de Cristo que obra en mí.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni
jactancioso ni orgulloso.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
La gracia de Dios (Favor inmerecido dado por El) es todo lo que necesito para permanecer en perpetua victoria en mi vida,
porque su fuerza en mí, se perfecciona en mi debilidad. Por lo tanto,
aun cuando soy débil,
la fuerza y el poder de Unción del Señor Jesus reposan hoy sobre mí. Es por esto que en mi debilidad, en mis dificultades las
reconozco para poder confiar con certeza la fortaleza de la gracia del Señor Jesús
mi Dios. Y en la fuerza de Su poder, no soy una víctima, sino un vencedor – Porque el Señor Jesús se va ha manifestar de nuevo ante los ojos del
mundo, Su glorioso poder. Amen. ¡Aleluya!
Si no has
recibido a Jesús tú Señor simplemente
has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre
Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el
Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16;
Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en
otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu
Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste
de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo
Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra
te bendice favor de hacérmelo saber.
hosanna.enriqueibarra@gmail.com
Nota:
Este blog esta todos los
días en la misma dirección, búscalo y compártelo con tus amigos y familiares.