lunes, 16 de mayo de 2011

Anhelo Los Dones Del Espíritu Santo



1 Corintios 14:12-15 SRV2004
Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia. Por lo cual, el que habla en lengua desconocida, pida que la interprete. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora; pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué hay entonces? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Estoy entusiasmado y deseoso de cultivar y operar en los dones espirituales (Regalos del Espirito Santo) en mi vida, pero sobre todo deseo sobresalir en los dones que edifican a toda la congregación de los santos. Por lo tanto, si tengo la unción de hablar en lenguas, voy a pedirle al Padre Celestial poder interpretar lo que digo y así edificar a la congregación. Porque cuando oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi mente no entiende lo que digo. Por lo tanto, voy a orar con el espíritu, pero también oraré con mi entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con mi entendimiento. Amén.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.