martes, 5 de abril de 2011

El Señor Jesús Ha Hecho Un Nuevo Pacto.



Lucas 22:19-20; Hebreos 8:6 RV2004
  • ·         Y tomando el pan, dio gracias,  y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó también la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros es derramada.
  • ·         Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, que ha sido establecido sobre mejores promesas.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Frecuentemente tomo la Santa Cena—el pan sin levadura—en memoria del Cuerpo de Jesús, que fue molido por mí,  y bebo el vino de la uva en memoria de Su sangre que fue derramada por mí.  Al recordar, comprendo perfectamente que Su sangre ratifica y sella mi parte en el Nuevo Pacto. No voy a deshonrar a mi Señor Jesús al  no participar de las disposiciones del Pacto por el cual pagó un precio tan impresionantemente alto. El Ministerio Sacerdotal de Jesús es muy superior al Antiguo Pacto, al igual que el Nuevo Pacto que Dios me ha dado en Jesús, ahora es muy superior al anterior, porque su fundamento está basado en promesas mejores. No sólo eso, sino que en este Nuevo Pacto, todas las promesas del Antiguo Pacto siguen siendo mías.!!
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.