jueves, 21 de julio de 2011

El Espíritu Santo me da a conocer todo lo que dice el Padre Celestial.


Juan15:13-16; Romanos 8:38-39; 1 Juan 3:16; Éxodo 33:11; Efesios 1;4

El amor más grande que alguien puede demostrar es dar la vida por sus amigos.  "Si hacen lo que les digo, son mis amigos." "Ya no les digo siervos, porque un siervo no sabe los planes de su amo. Les digo 'amigos' porque les di a conocer todo lo que escuché del Padre." “Ustedes no me escogieron a mí, sino yo a ustedes, y les encargué que fueran y dieran fruto. Mi deseo es que su fruto dure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre."

“Pues estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes diabólicos, ni lo que existe, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, ni tampoco lo alto o lo profundo, ni ninguna criatura que existe. Nada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo."
 "Pues estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes diabólicos, ni lo que existe, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, ni tampoco lo alto o lo profundo, ni ninguna criatura que existe. Nada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo."

Sabemos lo que es el verdadero amor porque Cristo dio su vida por nosotros. Entonces nosotros también debemos dar la vida por nuestros hermanos.

 "El Señor le hablaba a Moisés cara a cara, como quien le habla a un amigo. Cuando Moisés regresaba al campamento, su siervo Josué hijo de Nun, no se alejaba de la carpa."

"También en Cristo, él nos escogió por amor antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo santo, es decir, libres de pecado ante él."


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

No existe mayor amor  que el amor que Jesús tiene para mí.  Soy Su amigo y continuamente hago lo que me ha mandado a hacer.  Jesús no me llama su siervo, porque el siervo no sabe lo que hace su amo.  Por el contrario, Él me llama Su amigo y continuamente me revela Su voluntad y propósito.  No fui yo quien lo eligió, sino que El me eligió a mí.  En realidad me eligió para ser Su amigo y hermano/hermana.  Él me ha dado un propósito en mi vida, para ir adelante y tener abundancia de fruto duradero y eterno.  Lo que le pido a mi Padre Celestial, en nombre de Jesús, El me lo da.  Jesús me ha dado el poder de usar Su nombre para pedir todo lo que necesito en esta vida.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.