domingo, 3 de julio de 2011

El Señor Jesús tiene el mismo Espíritu de Dios.



Juan 3:34-36; 2 Corintios 5:18-20; Efesios 5:18; Romanos 5:1-2; 1 Juan 5:11-12.
 

Dios envió a Jesús quien dice lo mismo que Dios dice porque Dios le da todo el poder de su Espíritu. El Padre ama al hijo y le ha dado poder sobre todo. El que cree en Hijo tiene vida eterna. En cambio, el que lo rechaza nunca tendrá esa vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.
Versión: La Palabra de Dios para todos.
  
·        Y todas las cosas son de Dios, el cual nos reconcilió consigo por Jesús Cristo, y nos ha dado el ministerio de la reconciliación. Es a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo, no imputándoles sus pecados, y ha entregado a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que embajadores somos de Cristo, como si Dios os rogase por nosotros: os suplicamos de parte de Cristo, que os reconciliéis con Dios. RV1862

·        No os emborrachéis con vino, en el cual hay disolución; antes sed llenos del Espíritu. RV1862

·        JUSTIFICADOS pues por la fé, tenemos paz para con Dios por nuestro Señor Jesús Cristo: Por el cual también tenemos entrada por la fé en esta gracia, en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. RV1862

·        Y éste es el testimonio, es a saber, que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene vida.  RV1862


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

El Señor Jesús me ha enviado al mundo para proclamar Su mensaje- las  buenas noticias del Reino.  Él no me ha dado Su Espíritu con moderación, sino que me ha dado hasta rebosar.  El Amor de mi Padre Celestial ha sido derramado sobre mí. Dios ha confiado todas las cosas en manos de Jesús y a su vez Jesús me ha hecho un embajador en Su nombre. Creo en Jesús con todo mi corazón y ahora, en este mismo instante, tengo la Vida Eterna.  Mientras ame y obedezca a Mi Dios, el Señor Jesús, no seré condenado ni experimentare la ira de Dios.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.