lunes, 31 de enero de 2011

El Poder Del Padre Celestial Estaba Con Jesús Para Sanar

Lucas 5:17-25
Aconteció un día que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la Ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Sucedió que unos hombres que traían en una camilla a un hombre que estaba paralítico, procuraban entrar y ponerlo delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa y por el tejado lo bajaron con la camilla y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: —Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, les preguntó:   ¿Qué pensáis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados—dijo al paralítico—: A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa glorificando a Dios

                                                          
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Puedo ver cuando la fe ha crecido en el corazón de una persona, y como portador del poder de Dios, siempre estoy listo para orar por los enfermos y en el Nombre de Jesús reciben la sanidad que necesitan. En Jesús tengo la capacidad y autoridad para liberar a un individuo del poder del pecado y de proporcionar la sanidad de cualquier área de su vida. La Palabra de Dios que hablo con fe es la portadora de Su Poder en esta tierra y traen liberación a los cautivos de las fuerzas de la oscuridad. En Jesús, puedo discernir los pensamientos, las preguntas y las intenciones de quienes se oponen a la Verdad y tengo toda la sabiduría que necesito para manejar cualquier situación o confrontación que venga de ellos. Soy un hombre de fe.  El poder del pecado se ha roto en mi vida.  Tengo todo el derecho y acceso al poder de sanidad que Dios tanto anhela que tenga para servirle a Dios y manifestar la gloria de Jesús en esta tierra.

  
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

domingo, 30 de enero de 2011

Jesús Me Ha Dado Las Llaves Del Reino De Dios

Mateo 16:19  NVI
 Te daré las llaves del reino de los cielos;  todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo,  y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

                                                          
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Jesús me ha dado las llaves del reino de los cielos.  Dios me ha dado la autoridad para atar y desatar.  Esta ley ha sido escrita  y establecida por Jesús, así que todo lo que ate en la tierra está atado en el cielo y todo lo que desate en la tierra es desatado en el cielo.  Tengo la comprensión de Su Palabra, tengo El Espíritu Santo, tengo a Jesús y puedo vencer los problemas de la vida declarando Su Palabra con fe.
 

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

sábado, 29 de enero de 2011

El Padre Con Júbilo Me Escogió.

Salmo 105:42-45Gálatas 3:22-29
 Porque se acordó de su santa palabra  dada a Abraham su siervo.
Sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos.
Les dio las tierras de las naciones  y las labores de los pueblos heredaron, para que guardaran sus estatutos  y cumplieran sus leyes.   
 ¡Aleluya!


                                                          
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Padre Celestial se acordó de su pacto conmigo y me ha sacado de la esclavitud del pecado y hoy vivo con alegría. A través de Jesús,  Dios me da como herencia una tierra que otros han trabajado y cosecho de mi trabajo así como lo que otros sembraron.  También soy igualmente diligente para recordar mi pacto con el Señor. Guardo todos sus preceptos, y amo Su Palabra, la escudriño, la oigo, la medito y la pongo por obra. Amén, ¡Aleluya!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

viernes, 28 de enero de 2011

La Promesa Es Por Fe en Jesucristo

Gálatas 3:22-29
 Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado,  para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a los creyentes.  Pero antes que llegara la fe,  estábamos confinados bajo la Ley,  encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.  De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo,  a fin de que fuéramos  justificados por la fe.  Pero ahora que ha venido la fe,  ya no estamos bajo un guía,  porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús,  pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo,  de Cristo estáis revestidos.   Ya no hay judío ni griego;  no hay esclavo ni libre;  no hay hombre ni mujer,  porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.  Y si vosotros sois de Cristo,  ciertamente descendientes de Abraham sois,  y herederos según la promesa.


                                                           
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Recibo lo prometido por la fe:  que Jesús es el Hijo de Dios que pagó un gran precio por mí.  No confío en las obras que se hacen por la ley a fin de alcanzar  la promesa, porque la Ley fue dada para que me llevara a Jesús; para que pudiera ser justificado (aprobado por Dios) por la fe. Por lo tanto, ya no estoy bajo la supervisión de la ley.  Soy un hijo de Dios por la fe en Jesucristo, por cuanto fui bautizado en Cristo, ahora estoy vestido de Cristo. Este es el resumen de mi justificación.   Ahora descanso en la justicia de Jesús.  Como todos mis hermanos y hermanas en la fe de Jesús se han revestido de Cristo, ya no hay distinción alguna entre las razas, clases sociales o de género, porque todos somos uno en Él.  Soy un hijo de Dios que ha nacido de nuevo. Pertenezco a Jesucristo, por lo tanto, soy de la simiente de Abraham y heredero según la promesa.



Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

jueves, 27 de enero de 2011

Jesús, A Sanó A Muchos Enfermos

Lucas 7:21-23
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades, plagas y espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
Respondiendo Jesús, les dijo:
--Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.



He experimentado el poder maravilloso de Dios a través de Jesús. Su poder Sanador va conmigo dondequiera que yo voy. Los ciegos ven, los sordos oyen, el cojo se levanta y camina, los muertos resucitan a la vida y los pobres encuentran el camino a la vida abundante de riquezas. A través de Jesús todo demonio se sujeta a mi autoridad. Considero absurdo ofenderme o resentirme a causa de estas bendiciones, sino que las considero como resultados fundamentales de haberme convertido en uno con Dios. Nunca rechazaré las manifestaciones del poder de Dios en mi vida!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén
Lucas 7:21-23
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades, plagas y espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
Respondiendo Jesús, les dijo:
--Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.



He experimentado el poder maravilloso de Dios a través de Jesús. Su poder Sanador va conmigo dondequiera que yo voy. Los ciegos ven, los sordos oyen, el cojo se levanta y camina, los muertos resucitan a la vida y los pobres encuentran el camino a la vida abundante de riquezas. A través de Jesús todo demonio se sujeta a mi autoridad. Considero absurdo ofenderme o resentirme a causa de estas bendiciones, sino que las considero como resultados fundamentales de haberme convertido en uno con Dios. Nunca rechazaré las manifestaciones del poder de Dios en mi vida!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

miércoles, 26 de enero de 2011

Sobre Toda Cosa Guardada, Guarda Tu Corazón

Proverbios 4:23-27 RV95
Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,  porque de él mana la vida.  Aparta de ti la perversidad de la boca,  aleja de ti la iniquidad de los labios.  Que tus ojos miren lo recto  y que tus párpados se abran a lo que tienes delante.  Examina la senda que siguen tus pies  y sean rectos todos tus caminos.  No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;  aparta tu pie del mal.

                                                          
DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Por encima de todo, diligentemente guardo mi corazón porque es la fuente de mi vida. No hablo perversamente, ni soy obstinado, ni hablo mal. No hablo ningún lenguaje contrario a la Palabra de Dios ni palabras corruptas salen de mi boca. Mis ojos miran al frente, se fijan en el premio que está por delante de mí. Puedo lograr mis metas sin distracciones ni vacilaciones. Medito deliberadamente sobre cada paso que doy. Avanzaré de forma estable y no seré atraído a los caminos del diablo. Sigo el camino del Señor Jesús.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

martes, 25 de enero de 2011

Jesús Quiere Revelar Al Padre

Lucas 10:22

"Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar"



DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

En Jesús, todas las cosas están sujetas a mi autoridad. Él ha restaurado el dominio y me lo ha dado, junto con mis hermanos y hermanas en Cristo. Jesús me ha escogido para ser su hermano. Él me ha revelado al Padre para que yo pueda tener una relación íntima con Él. Mi caminar con mi Padre Celestial es muy cercano y significativo como fue el caminar de Jesús con nuestro Padre Celestial cuando Él estuvo en esta tierra.



Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

lunes, 24 de enero de 2011

No Tengas Miedo

2 Reyes 6:12-18



Uno de los siervos respondió: No, rey y señor mío; el profeta Eliseo, que está en Israel, es el que hace saber al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu habitación más secreta. El rey ordenó: Id y ved dónde está, para que yo envíe a apresarlo. Alguien le dijo: Está en Dotán. Y el rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El criado que servía al varón de Dios se levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros, dijo a Eliseo:
¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
Eliseo respondió: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, diciendo: "Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea". Jehová abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo. Cuando los sirios descendían hacia él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: "Te ruego que hieras con ceguera a esta gente".
Y Jehová los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Señor me da a conocer todo lo que necesito saber para hacer su voluntad. Él incluso me dice cuales son los secretos íntimos de mis enemigos para que pueda preparar defensa para mi familia, mi iglesia, mi ciudad, mi país, y para mí mismo.
No tengo miedo cuando el enemigo viene como una inundación. A pesar de que venga en la noche y me rodee con un gran ejército, no me agito con terror. Cuando otros están en pánico y miedo, yo me mantengo firme. Yo sé en quien he puesto mi confianza. También sé que hay muchos más que están de mi lado y son más que todo el ejército enemigo. Yo no confío en lo que veo, porque sé que lo que NO veo es donde está el verdadero poder. Los ángeles de Dios me han rodeado y luchan a mi favor. Por lo tanto, no seré conmovido y no voy a tener miedo! Amén. Aleluya!!.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

domingo, 23 de enero de 2011

Entiendo y Conozco A Jehová

Jeremías 9:23-24
Así ha dicho Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en esto el que haya de alabarse: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra, porque estas cosas me agradan, dice Jehová.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


No tomo en cuenta mi sabiduría mundana,  ni mi capacidad, ni la fuerza de mi propio brazo o la abundancia de mis riquezas. Toda mi confianza está en el Señor Jesús, porque Él es quien me ha hecho quien soy, sin Él no tengo ningún valor, ni importancia. En esto me voy a gloriar: en que yo conozca y entienda quien es el Señor Jesús mi Dios, el Creador de todas las cosas, y que hoy se ha convertido en mi Padre Celestial. Su Palabra me enseña de Su amor, de Su bondad,  Su misericordia hacia mí, y en Su rectitud y Justicia que se muestran en toda la tierra.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

sábado, 22 de enero de 2011

Jesús Me Ha Dado Un Corazón De Carne

Ezequiel  11:17-20
Adviérteles también que así dice el Señor omnipotente: Yo los reuniré de entre las naciones; los juntaré de los países donde han estado dispersos, y les daré la tierra de Israel.   Ellos volverán a su tierra y echarán de allí a los ídolos detestables y pondrán fin a las prácticas repugnantes.  Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne, para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


He sido renovado por Dios porque ahora el Señor Jesús es mi Rey y mi Señor, por lo tanto soy parte de Su familia real.  Me ha apartado para Él, ya no soy del mundo y sus costumbres.   Jesús ha cambiado mi corazón y ahora está dedicado a hacer Su voluntad, Él lo ha llenado con Su Espíritu. Ya no tengo un corazón frío de piedra conforme al mundo, sino que  hoy me ha dado un corazón de carne para cumplir Su Palabra, para andar en la ley del amor, la ley del espíritu y la ley de la perfecta libertad. Vivo cada día consciente de que soy su hijo y que Él es mi Padre Celestial y mi Dios.  

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén

viernes, 21 de enero de 2011

Jesús Se Levanta y Me Apacienta Con Poder

Miqueas 5:4 (RV95)
Y él se levantará y los apacentará con el poder de Jehová, con la grandeza del nombre de Jehová, su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los confines de la tierra.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.



Jesús, es mi Dios, quien guarda mi vida, Él me ha dado Su fuerza y autoridad y me ha concedido el poder de usar Su Nombre. En Él vivo en total y perpetua seguridad.  Jesús es mi paz!!


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

jueves, 20 de enero de 2011

Sobre Una Roca Me Pondrá En Alto

Salmo 27:4-7  RV95
Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová y para buscarlo en su Templo. Él me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto.   Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su Tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Soy hijo de Dios y vivo en Su presencia para siempre. Con mis propios ojos he de ver el esplendor de Su gloria. Pero por ahora, voy a mirar hacia dentro de este santo templo (el templo de mi cuerpo) para tener comunión íntima con Él.  En el día de la angustia, el Señor me guardará en Su santa morada. Me esconderá en el refugio de Su tabernáculo, y me hará parar en la Roca inamovible que es Jesucristo  en quien estoy seguro. Él me ordena mantener mi cabeza en alto por encima del enemigo que me rodea, dando voces  de alegría y voces de júbilo a pesar de lo que veo.  Le ofreceré el sacrificio de mis alabanzas en cada situación – cantando y haciendo música para Él con todo mi corazón.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

miércoles, 19 de enero de 2011

Jesús Anda En Luz

1 Juan 1:3-9 (RV95)
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea completo.
Este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


He visto y oído La Palabra de Dios y he sido llamado a mantenerme en completa comunión con Dios Padre, con Su Hijo Jesucristo, y con el Espíritu Santo. He encontrado en la Palabra de Dios, Su Evangelio de Salvación, que trae alegría a mi corazón.  Dios es luz y en Él no hay ninguna tiniebla. Yo estoy en Él. Tengo una relación íntima con mi Padre. Yo no andaré en tinieblas, sino que vivo en Su  Verdad. Camino en Su Luz,  así como Él está en la Luz. De este modo, mantengo la comunión con todos mis hermanos y hermanas en Cristo, y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, me limpia de todo pecado.  Su Palabra gobierna mi vida.
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

martes, 18 de enero de 2011

La Luz De Mi Vida

Lucas 11:33-36
"Nadie enciende una lámpara para esconderla o para ponerla debajo de un cajón. Todo lo contrario: se pone en un lugar alto, para que alumbre a todos los que entran en la casa.
Los ojos de una persona son como una lámpara que alumbra su cuerpo. Por eso, si miran con ojos sinceros y amables, la luz entrará en su vida. Pero si sus ojos son envidiosos y orgullosos, vivirán en completa oscuridad.
 Así que, tengan cuidado; no dejen que se apague la luz de su vida.
 Si todo su cuerpo está iluminado, sin que haya ninguna parte oscura, entonces la vida de ustedes alumbrará en todos lados, como cuando una lámpara los ilumina con su luz.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Tengo cuidado de lo que permito entrar en mi vida. Entiendo completamente que la luz no tiene comunión con las tinieblas. Es mi decisión de vivir como hijo de luz. Mis ojos son la luz que ilumina todo mi cuerpo y cuido que sean sanos. Los ojos de mi espíritu permanecen limpios viendo con claridad lo que está puesto delante de mí, discerniendo la verdad, el bien, el mal, y la falsedad. Estas cosas evidencian que soy hijo del Dios vivo y no me avergüenzo de la vida que he elegido vivir. Mi vida es un testimonio para todos los que tienen hambre por el Evangelio y estoy siempre dispuesto a llevar a otros a los brazos de mi Padre celestial.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

lunes, 17 de enero de 2011

¡El Es Poderoso y Te Salvara!

Sofonías 3: 17 - 20



Jehová está en medio de ti; ¡Él es poderoso y te salvará!  Se gozará por ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos. »Como en día de fiesta apartaré de ti la desgracia; te libraré del oprobio que pesa sobre ti. En aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores; salvaré a la oveja que cojea y recogeré a la descarriada. Cambiaré su vergüenza en alabanza y renombre en toda la tierra.  En aquel tiempo yo os traeré; en aquel tiempo os reuniré, y os daré renombre y fama entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio ante vuestros propios ojos, dice Jehová».

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Dios está de mi lado, por lo tanto no voy a tener miedo. Él ha prometido que nunca me dejará ni me desamparará, me libra de la catástrofe y la destrucción, y se encarga de que siga en el Camino de la Vida. Él es mi propio Padre y está tremendamente alegre conmigo. Me tranquiliza con Su gran amor y compasión. Levanta cada carga de mis hombros. Él ha actuado en contra de mis opresores. El diablo ha sido completamente despojado de todo poder y autoridad que tenía sobre mi vida, éste ya no me tiene en la esclavitud. Yo soy libre en Jesús! Mi Padre me ha rescatado y ahora mora en mi corazón. Me ha dado renombre y fama entre todos los habitantes de la tierra. Él restaura mi vida ante mis propios ojos. Mi Padre Celestial me ha traído a casa.



Mi confianza en Jesús o mi fe en la Palabra de Dios, se fortalece mediante la continua alimentación de la Palabra al oírla, leerla, meditarla, hasta sembrarla en mi espíritu. Su Palabra es pregonada a través de Sus hijos alrededor de toda la tierra. 
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:  Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). 
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

domingo, 16 de enero de 2011

Oír Y El Oír La Palabra De Dios Viene La Fe


Romanos 10:17-18
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Pero yo pregunto: ¿Acaso no han oído? Antes, bien,  Por toda la tierra ha salido la voz de ellos y hasta los fines de la tierra sus palabras

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Mi confianza  en Jesús o  mi fe en la Palabra de Dios, se fortalece mediante la continua  alimentación de la Palabra al oírla, leerla, meditarla, hasta sembrarla en mi espíritu. Su Palabra es pregonada a través de Sus hijos alrededor de toda la tierra.

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.