viernes, 4 de febrero de 2011

Te Alabare Señor Jesús con todo mi Corazón

Salmo 9:1-5
Te alabaré,  Jehová,  con todo mi corazón. Contaré todas tus maravillas. 
 Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre,  Altísimo.
Mis enemigos se volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti.
Has mantenido mi derecho y mi causa; te has sentado en el trono juzgando con justicia.
Reprendiste a las naciones, destruiste al malo; ¡borraste el nombre de ellos   eternamente y para siempre!
                                                      

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

 

El Señor habita en medio de mis alabanzas. Cuando le alabo con todo mi corazón y me alegro en Su presencia, se produce un escudo que impide que el enemigo siga en mi camino. Dios es quien se levanta en mi defensa. Mis enemigos caen y perecen ante Su presencia. El Señor Jesús, mi Dios,  se ha mantenido a favor de mi causa. Todos mis enemigos retroceden y huyen de delante de mí con terror.


Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.