Salmo 122:6-8; 35:27; 51:18; 2 Corintios 4:13; Deuteronomio 28:1-14; Nehemías 2:10; Malaquías 3:6-12; Efesios 1:22-23
Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean
prosperados los que te aman! ¡Sea la paz
dentro de tus muros y el descanso dentro
de tus palacios! Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: ¡La paz sea
contigo!
Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que ama
la paz de su siervo.
Haz bien con tu benevolencia a Sión. Edifica los muros de Jerusalén.
Pero teniendo el mismo espíritu de fe,
conforme a lo que está escrito: Creí,
por lo cual hablé, nosotros
también creemos, por lo cual también
hablamos.
Acontecerá que si oyes atentamente la voz de Jehová, tu Dios,
para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo
hoy, también Jehová, tu Dios,
te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas
bendiciones, si escuchas la voz de
Jehová, tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad y bendito en el
campo. Bendito el fruto de tu vientre,
el fruto de tu tierra, el fruto
de tus bestias, la cría de tus vacas y
los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu
entrar y bendito en tu salir. Jehová derrotará a los enemigos que se levanten
contra ti; por un camino saldrán contra
ti y por siete caminos huirán de ti. Jehová enviará su bendición sobre tus
graneros y sobre todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que Jehová, tu Dios,
te da. Te confirmará Jehová como su pueblo santo, como te lo ha jurado, si guardas los mandamientos de Jehová, tu Dios,
y sigues sus caminos. Entonces verán todos los pueblos de la tierra que
el nombre de Jehová es invocado sobre ti,
y te temerán. Jehová te hará
sobreabundar en bienes, en el fruto de
tu vientre, en el fruto de tu bestia y
en el fruto de tu tierra, en el país que
Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo,
para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la
obra de tus manos. Prestarás a muchas
naciones, y tú no pedirás prestado. Te
pondrá Jehová por cabeza y no por cola;
estarás encima solamente, nunca
debajo, si obedeces los mandamientos de
Jehová, tu Dios, que yo te ordeno hoy; si los guardas y cumples, y no te apartas de
todas las palabras que yo te mando hoy,
ni a la derecha ni a la izquierda,
para ir tras dioses ajenos y servirlos.
Pero cuando lo oyeron Sanbalat el horonita, y Tobías el siervo amonita, les disgustó mucho que viniera alguien a
procurar el bien de los hijos de Israel.
Porque yo, Jehová, no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde
los días de vuestros padres os apartáis de mis leyes y no las guardáis. ¡Volveos
a mí y yo me volveré a vosotros!, ha dicho Jehová de los ejércitos. Pero
vosotros decís:"¿En qué hemos de volvernos?" ¿Robará el hombre a
Dios? Pues vosotros me habéis
robado. Y aún preguntáis:"¿En qué
te hemos robado?" En vuestros
diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya
alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a
ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni
vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Todas las naciones os dirán bienaventurados, porque
series tierra deseable, dice Jehová de
los ejércitos.
Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a
la iglesia, la cual es su cuerpo, la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
Dios manda en Su Palabra ore
por la paz de Jerusalén. Por lo tanto lo haré con todo mi corazón. Hablo de paz
en esa ciudad y la prosperidad en su lugar. Cuando obedezco la Palabra de Dios
el Señor Jesús mi Dios se complace y me bendice con su abundante provisión. No
permitiré que los malvados roben de la abundancia que Dios me ha provisto. Así mismo
oro por la unidad del cuerpo de Cristo la iglesia y por su congregación.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección:
enriqueibarra.@integra.com.sv