sábado, 17 de septiembre de 2011

Esforcémonos en conocer al Señor Jesús.


Oseas 6:1-3; Gálatas 3:13, 4:5-6; Isaías 53:5; 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:16
Vengan, regresemos a Jehová porque Él ha desgarrado y Él nos curará; Él ha herido, y El vendará nuestras heridas. Él nos golpeará y nos atará. Después de dos días, Él nos revivirá, en el tercer día, Él nos levantará; y viviremos en su presencia.  Conozcamos, esforcémonos para conocer a Jehová,  Que El vendrá es tan cierto como la mañana; El vendrá a nosotros como la lluvia, como las lluvias de primavera que riegan La Tierra.

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque escrito está: Maldito todo aquel que es colgado en madero:)

Para que redimiese los que estaban debajo de la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.  Y por cuanto sois hijos, envió Dios el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba. Padre.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.

Porque a él que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Lleguémonos, pues, confiadamente al trono de su gracia, a fin de alcanzar misericordia, y hallar gracia para el auxilio oportuno.


 DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Me he convertido en un hijo de Dios y Él ha perdonado todos mis pecados.  En el Señor Jesús estoy completo en todos los sentidos.  Él me ha restaurado y por Su justicia puedo entrar en Su presencia sin ningún sentimiento de culpa o insuficiencia.  Continuamente reconozco Su presencia en mi vida. Tan cierto como que el sol se levanta cada mañana, así el Señor Jesús está conmigo y hace llover Su bendición sobre mi vida con toda liberalidad.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv