lunes, 23 de julio de 2012

¡El Reino del Señor Jesús ha venido a mi!


Lucas 11:20-23; 9:1-2; 10:19; Isaías 61:1-3; Mateo 28:18-20; Colosenses 2:15; Efesios 1:17-23; Juan 14:12

Pero si echo fuera demonios por el dedo de YAHWEH; entonces, ¡el Reino de YAHWEH ha venido sobre ustedes!  Cuando un hombre fuerte que está totalmente equipado para la batalla, custodia su propia casa, sus posesiones están seguras. Pero si alguien más fuerte ataca y lo derrota, se lleva el armamento en el cual el hombre dependía, y divide el botín. Los que no están conmigo, contra mí están; y los que no recogen conmigo, desparraman.


Reuniendo a sus doce discípulos,  les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades.  Y los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones,  y sobre toda fuerza del enemigo,  y nada os dañará.

 El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres,  a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel;  a proclamar el año de la buena voluntad  de Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro;  a consolar a todos los que están de luto; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé esplendor en lugar de ceniza,  aceite de gozo  en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.
 Serán llamados  "Árboles de justicia", "Plantío de Jehová",  para gloria suya.

Por tanto,  id y haced discípulos  a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del  Padre,  del Hijo y del Espíritu Santo,   y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.  Y yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

Y despojó a los principados y a las autoridades  y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,  el Padre de gloria,  os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento,  para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado,  cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,  según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales,  sobre todo principado y autoridad,  poder y señorío,  y sobre todo nombre que se nombra,  no solo en este siglo,  sino también en el venidero. Y sometió todas las cosas debajo de sus pies,  y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

 De cierto,  de cierto os digo: El que en mí cree,  las obras que yo hago,  él también las hará;  y aun mayores hará,  porque yo voy al Padre.


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


El reino de Dios esta en mí y me ha facultado para expulsar a los demonios en el Poderoso Nombre de Jesus. Las tinieblas pueden dominar a muchos en el mundo, manteniéndoles cautivos a todos sus caprichos, pero ha  venido a morar dentro de mi para liberar a los cautivos de este mundo!  El Señor Jesús atacó y venció las fuerzas de Satanás, lo despojo de todo poder y autoridad sobre el creyente.  Con el Señor Jesús a mi lado, tengo  autoridad total y completa sobre todas las fuerzas demoníacas.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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