viernes, 15 de abril de 2011

Dos Son Mejor Que Uno.


Eclesiastés 4:9-12
Dos son mejores que uno, viendo que tienen buena recompensa por su labor; si uno de ellos cae, el otro ayudará a su socio a levantarse – ay de aquel que está solo cuando cae y no tiene a nadie para ayudarlo a levantarse.  De nuevo, si dos duermen juntos, ellos se calientan el uno al otro; pero ¿cómo puede una persona sola estar caliente? Además, un asaltante puede derrotar a alguien que está solo; pero dos lo pueden resistir; y un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.


DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS 
.
Con sabiduría busco mi compañero en las cosas que hago. Entiendo que dos pueden tener una mejor cosecha que uno, porque si uno de nosotros cae, el otro puede levantarlo. Por otra parte, si uno de nosotros es dominado, el otro puede entrar y darle una mano para poder resistir a todos los enemigos. No estoy solo en mí caminar con Dios, porque Jesús está conmigo. Soy compañero con los hijos de Dios y juntos, con Dios entrelazados en nosotros, somos victoriosos en cada situación.
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.