domingo, 12 de febrero de 2012

Con el Señor Jesús estoy unido para la batalla.


Eclesiastés 4:9-12; Proverbios 15:22; Efesios 5:1; Hebreos 10:25; Deuteronomio 32:30

Dos son mejores que uno, viendo que tienen buena recompensa por su labor;  si uno de ellos cae, el otro ayudará a su socio a levantarse –ay de aquel que está solo cuando cae y no tiene a nadie para ayudarlo a levantarse.  De nuevo, si dos duermen juntos, ellos se calientan el uno al otro; pero ¿cómo puede una persona sola estar caliente?  Además, un asaltante puede derrotar a alguien que está solo; pero dos lo pueden resistir; y un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.

Sin reflexión los planes se frustran, pero con muchos consejeros, tienen éxito.

Así pues, imiten a Dios, como sus hijos amados; y vivan una vida de amor, así como también el Cristo nos amó; en verdad, se entregó como ofrenda en lugar de nosotros, como sacrificio de muerte a  Dios con agradable olor fragante. Entre ustedes no se debe siquiera mencionar la inmoralidad sexual, ni ningún tipo de impureza o avaricia; esto es absolutamente inapropiado para el pueblo Santo de Dios. También fuera de lugar están las obscenidades, habladurías estúpidas y lenguaje grosero; más bien, deben permanecer dando gracias. De esto pueden estar seguros: toda persona sexualmente inmoral, impura o avariciosa, esto es, todo adorador de ídolos  no tiene parte en el Reino del Cristo y de Dios. Nadie los engañe con palabras huecas; pues es por estas cosas que el juicio de Dios cae sobre los que le desobedecen. ¡Así que no sean copartícipes con ellos! Pues ustedes estaban en tinieblas; pero ahora están unidos con el Señor, son luz, vivan como hijos de luz,   pues el fruto de la luz es todo tipo de bondad, justicia y verdad; traten de determinar lo que le agrada al Señor. No tengan nada que ver con las obras producidas por las tinieblas, en cambio, expónganlas, pues da vergüenza hablar de lo que esta gente hace en lo secreto. Pero todo expuesto a la luz es revelado claramente por lo que es, por cuanto cualquier cosa revelada es luz. Por lo cual dice: "¡Levántate, tú que duermes! Elévate de entre los muertos, ¡Y el Cristo brillará sobre ti!"  Por lo tanto, pongan cuidadosa atención en como conducen sus vidas; vivan sobriamente y no imprudentemente. Usen bien el tiempo, pues estos son días malos. Así, pues, no sean necios, traten de entender cual es la voluntad del Señor.  No se emborrachen con vino, porque los hace perder el control. En cambio, permanezcan llenándose con el  Espíritu de Dios.

No descuidando nuestras propias reuniones en la Iglesia, como algunos han hecho una costumbre, sino alentándonos el uno al otro. Y hagamos esto tanto más cuando vemos que aquel Día se acerca.

Después de todo, ¿cómo uno puede perseguir a mil y dos poner a diez mil a huir, si su Roca no los vende a sus enemigos, si Dios no los entrega?

DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Soy sabio en buscar la guía y compañía de mi Señor Jesús en las cosas que hago.  Entiendo que dos puede traer una cosecha mejor que uno solo,  Si caigo Él me puede levantar. Por otra parte, si llegase a ser dominado, el Señor Jesús puede entrar y librarme de cualquier enemigo que venga contra mi, y así podemos  soportar. No soy una isla en mi caminar con Dios. Soy un fiel hermano de todos los hijos de Dios y juntos, con Dios, y entrelazados a través del Espíritu Santo, somos victoriosos en cada situación.

Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.
Hosanna.enriqueibarra@gmail.com