Me mantengo firme
y fiel al Señor Jesús
Hosanna en las Alturas, Jesús es el Señor
Hebreos 3:12-13,
19; 4:6, 11; 10:24-25; 2 Corintios 6:14; Romanos 6:16; Hechos 2:42
Cuídense,
hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que
los haga apartarse del Dios vivo. Más
bien, mientras dure ese "hoy", anímense unos a otros cada día, para
que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad.
Sin embargo, todavía falta que algunos entren en ese reposo, y los
primeros a quienes se les anunció la
buena noticia no entraron por causa de su desobediencia.
Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al
seguir aquel ejemplo de desobediencia.
Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a
las buenas obras. No dejemos de
congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y
con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y
la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?
¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para
obedecerlo, son esclavos de aquel a
quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de
la obediencia que lleva a la justicia.
Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en
el partimiento del pan y en la oración.
DECLARACIÓN DE FE
DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.
Cuido mi mente con la Palabra de Señor Jesús mi
Dios para desarrollar mi alma libre del pecado y tener un corazón fiel a Dios. Dejando
pecado, la infidelidad, o incrédulo que me aleja del Dios vivo. Por lo tanto,
no voy a escuchar, ni asociarme con los que no creen en el Señor Jesús y Su Palabra
o que no confíen en Sus promesas. Elijo a mis amigos con sabiduría y me asocio
con los de la misma fe. Soy bueno con
mis amigos, fomento diariamente en ellos la Palabra de Dios y lo seguiré haciendo
todos los días. De esta manera,
construyo un escudo de seguridad contra las trampas del diablo y mis amigos y NO
somos endurecidos en nuestros corazones por el engaño del pecado o la
incredulidad.
Si no has
recibido a Jesús tú Señor, te invito a hacer la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo
será tu Salvador:
Padre
Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el
Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16;
Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en
otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu
Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste
de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo
Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra
te bendice favor de hacérmelo saber.