lunes, 28 de marzo de 2011

El Amor De Mi Padre Celestial Se Ha Derramado.


1 Juan 3:1-3  V TKIM-DE
¡Miren qué amor ha derramado el Padre sobre nosotros, permitiendo que seamos llamados hijos de Jehová!  Porque eso es lo que somos. La razón por la cual el mundo no nos conoce, es porque no le conoció a Él.  Queridos amigos, ahora somos los hijos de Jehová;  y todavía no se nos ha hecho claro lo que seremos. Esto sí sabemos, cuando El aparezca, seremos como El; le veremos tal como es.  Y todo aquel que tiene su esperanza puesta en El, continúa purificándose a sí mismo, puesto que Jehová es puro.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

¡Qué grande es el amor del Padre Celestial hacia mí que me llama hijo de Dios! Y eso es lo que soy! Ahora soy de Dios, soy Su hijo! Aún no se ha revelado lo que seré para la venida del Señor Jesús, pero sé que cuando Él se manifieste voy a ser como Él, porque le veré tal como Él es. Por lo tanto, con fe en esta tremenda e impresionante esperanza, me purifico todos los días, porque Jesús es puro.  Su Palabra me limpia y me purifica!!
Leer fonéticamente

Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.