lunes, 17 de enero de 2011

¡El Es Poderoso y Te Salvara!

Sofonías 3: 17 - 20



Jehová está en medio de ti; ¡Él es poderoso y te salvará!  Se gozará por ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos. »Como en día de fiesta apartaré de ti la desgracia; te libraré del oprobio que pesa sobre ti. En aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores; salvaré a la oveja que cojea y recogeré a la descarriada. Cambiaré su vergüenza en alabanza y renombre en toda la tierra.  En aquel tiempo yo os traeré; en aquel tiempo os reuniré, y os daré renombre y fama entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio ante vuestros propios ojos, dice Jehová».

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Dios está de mi lado, por lo tanto no voy a tener miedo. Él ha prometido que nunca me dejará ni me desamparará, me libra de la catástrofe y la destrucción, y se encarga de que siga en el Camino de la Vida. Él es mi propio Padre y está tremendamente alegre conmigo. Me tranquiliza con Su gran amor y compasión. Levanta cada carga de mis hombros. Él ha actuado en contra de mis opresores. El diablo ha sido completamente despojado de todo poder y autoridad que tenía sobre mi vida, éste ya no me tiene en la esclavitud. Yo soy libre en Jesús! Mi Padre me ha rescatado y ahora mora en mi corazón. Me ha dado renombre y fama entre todos los habitantes de la tierra. Él restaura mi vida ante mis propios ojos. Mi Padre Celestial me ha traído a casa.



Mi confianza en Jesús o mi fe en la Palabra de Dios, se fortalece mediante la continua alimentación de la Palabra al oírla, leerla, meditarla, hasta sembrarla en mi espíritu. Su Palabra es pregonada a través de Sus hijos alrededor de toda la tierra. 
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él, porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo, Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.
Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:  Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). 
Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4). Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.