viernes, 31 de diciembre de 2010

Escucha Atentamente A Jesús


Deuteronomio 28:1-14
 Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.   Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre: Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo.  Benditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, las crías de tu ganado, los terneritos de tus manadas y los corderitos de tus rebaños.  Benditas serán tu canasta y tu mesa de amasar.  Bendito serás en el hogar, y bendito en el camino.  El Señor te concederá la victoria sobre tus enemigos. Avanzarán contra ti en perfecta formación, pero huirán en desbandada.  El Señor bendecirá tus graneros, y todo el trabajo de tus manos. El Señor tu Dios te bendecirá en la tierra que te ha dado. El Señor te establecerá como su pueblo santo, conforme a su juramento, si cumples sus mandamientos y andas en sus caminos.  Todas las naciones de la tierra te respetarán al reconocerte como el pueblo del Señor. El Señor te concederá abundancia de bienes: multiplicará tus hijos, tu ganado y tus cosechas en la tierra que a tus antepasados juró que te daría. El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Tú les prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie. El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado. Jamás te apartes de ninguna de las palabras que hoy te ordeno, para seguir y servir a otros dioses.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Escucho la voz de Jehová mi Dios. Sigo todos sus estatutos y amo Su Palabra y la llevo en mi corazón.  Su Palabra dice que estoy en lo alto, sobre todas las circunstancias del mundo.  Todas Sus bendiciones vendrán sobre mí y me alcanzan. Soy bendecido (ha dado el favor divino, ha dado Su gracia, felicidad, prosperidad, y todas las cosas buenas) en la ciudad, y yo soy bendecido en el país que habite.  Benditos mis hijos, mis animales y mis posesiones.  Él me bendice con el  aumento de mi ganado.  El bendice mis productos y mis reuniones.  Soy bendecido en mí entrar y bendecido en mí salida.  El Señor hace que mis enemigos que se levantan contra mí sean derrotados delante de mí. Ellos se levantan contra mí en una dirección, pero huyen de mí en siete direcciones.  El Señor manda bendiciones a todo lo que Él me ha dado y sobre todo lo que pone en mi mano.  Me da la prosperidad abundante en la tierra que Él me ha dado.  Mi Padre celestial me establece ante el mundo como una persona apartada para Él porque Él me ha escogido para Su propósito.  Él ha declarado que soy de Él y estoy bajo su tutela y Su Señorío.  Sus promesas son para mí ya que lo amo, me aferro a su Ley, Preceptos Y Su Palabra y camino en  ellos.  Todos los pueblos del mundo verán claramente que soy llamado por el nombre del Señor. Ellos reconocen que yo soy Su familia. Yo soy su hijo coheredero con Jesucristo, y sus bendiciones son evidentes en mi vida.  Esto hace que eche chispas de terror en los corazones de mis enemigos.  El Señor me da un excedente enorme de la prosperidad de mi hogar y de la familia.  El fruto de todo lo que Él me ha dado tanto tierra, animales, negocios son bendecidos con Su abundancia.  Mi Señor da la lluvia a mi tierra, precisamente cuando lo necesito. Él ha abierto Su tesoro celestial y bendice todo el trabajo de mis manos.  Él me ha mandado no pedir prestado.  Soy cabeza y no cola, estoy por encima y no por debajo. Estoy destinado a tomar la iniciativa en cualquier empresa que emprenda. Mi Padre me ha colocado en la parte superior y nunca en la parte inferior, para que haga Su palabra y tenga cuidado de respetar sus mandamientos.
No rechazo ninguno de los preceptos de mi Padre. No me alejo de ellos ni siquiera un poco a la derecha o la izquierda. Los tengo firme en mi corazón y pongo mi confianza en ellos, independientemente de lo que mis ojos puedan ver o lo que otros dioses puedan ofrecer.   La justicia de la ley se cumpla en mí. Yo no vivo mi vida en pecado habitual, pero en santidad delante del Él.  Me ha hecho la misma justicia de Dios en Cristo Jesús. Mi confianza está firmemente plantada en Él.
Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén