martes, 29 de mayo de 2012

El Señor Jesús es mi refugio, y allí habito.


Salmo 91; 9:10; 17:8; 27:5; 34:7;  37:34; 90:1; 112:7; 124:7; 142:5; Isaías 25:4; 32:2; 43:1-2;  46:4

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.  Yo le digo al Señor: "Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío."  Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido. Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección,  ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes! "Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación."

Cuídame como a la niña de tus ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas.

Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.

El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos.

Pero tú, espera en el Señor, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos.

Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación.

Ciertamente nunca fracasará.  No temerá recibir malas noticias.

A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes."

Porque tú has sido, en su angustia, un baluarte para el desvalido, un refugio para el necesitado, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. En cambio, el aliento de los crueles es como una tormenta contra un muro.

Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.

Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: "No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.

Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré.

Leer Proverbios 6:5; 12:21; Job 5:19, 2 Timoteo 1:7; Juan 5:18; Malaquías 1:5; Mateo 4:6; 26:53; Hebreos 1:14; Éxodo 23:20-23; 2 Reyes 6:15-17; Lucas 4:10-11; 10:19


DECLARACION DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.


Vivo en el lugar secreto del Altísimo y descanso, manteniéndome firme y seguro, bajo la sombra del Omnipotente.  El Señor Jesús es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios y Padre, y confío en Él con todo mi corazón.  El Señor Jesus me ha liberado delas trampas de Satanás y de toda peste destructora.  Me ha cubierto con Sus plumas y bajo Sus alas he hallado refugio.  Su fidelidad es mi escudo y mi baluarte. No temo  el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en la oscuridad, ni la plaga que devasta a mediodía. Un millar pueden caer a mi lado y diez mil a mi diestra, pero a mi no se acercará.  Veré con mis propios ojos el castigo de los impíos. El Dios Altísimo, mi Padre Celestial, es mi fortaleza y mi morada. Soy Su hijo y parte de la familia real. Por lo tanto, ningún mal se acercara a mi y ninguna plaga, enfermedad o catástrofe se acercara a mi morada. Dios ha ordenado a Sus ángeles para que acampen alrededor de mí como centinelas de mi vida.  Ellos me guardan en todos mis caminos y me guardan de todo mal.  Me llevarán en sus manos para que mis pies no tropiecen contra una piedra. Aplasto al león y la cobra. El leoncillo y la serpiente están bajo mis pies.  El poder del diablo sobre mí ha sido completamente despojado. Dios ha dado un decreto (una ley fija) con respecto a mí diciendo: "Yo le librará de toda calamidad, y lo protegeré, porque reconoce mi Nombre. Él clamará a mí y yo le responderé.  Yo estaré con él en tiempo de angustia. Lo libraré y le pondré en un  lugar de mayor honor.  Le daré una larga vida útil que le satisfaga y le mostraré mi salvación.” 

Si no has recibido a  Jesús tú Señor, te invito a  hacer  la siguiente oración creyendo en tu corazón y Jesucristo será tu Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme o esta Palabra te bendice favor de hacérmelo saber.

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