Salmo 105:8-15; Génesis 17:7; Deuteronomio 28:1-2, 7, 9-14; 2 Crónicas 20:15; Zacarías 2:8 1 Juan 2:17
Él siempre tiene presente su pacto, la palabra
que ordenó para mil generaciones. Es el pacto que hizo con Abraham, el
juramento que le hizo a Isaac. Se lo confirmó a Jacob como un decreto, a Israel
como un pacto eterno, cuando dijo: Te daré la tierra de Canaán como la herencia
que te toca. Aun cuando eran pocos en número, unos cuantos extranjeros en la
tierra que andaban siempre de nación en nación y de reino en reino, a nadie permitió que los oprimiera, sino que
por ellos reprendió a los reyes: No toquen a mis ungidos; no hagan daño a mis
profetas.
Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes.
Si realmente escuchas al Señor tu
Dios, y cumples fielmente todos estos
mandamientos que hoy te ordeno, el Señor
tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te
acompañarán siempre:
El Señor te concederá la victoria sobre tus enemigos. Avanzarán contra ti en perfecta
formación, pero huirán en desbandada.
El Señor te establecerá como su pueblo santo, conforme a su juramento, si cumples sus mandamientos y andas en sus
caminos. Todas las naciones de la tierra
te respetarán al reconocerte como el pueblo del Señor. El Señor te concederá
abundancia de bienes: multiplicará tus
hijos, tu ganado y tus cosechas en la
tierra que a tus antepasados juró que te daría. El Señor abrirá los
cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia
sobre la tierra, y para bendecir todo el
trabajo de tus manos. Tú les prestarás a
muchas naciones, pero no tomarás
prestado de nadie. El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los
mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado. Jamás te apartes de ninguna de las palabras
que hoy te ordeno, para seguir y servir
a otros dioses
Y dijo Jahaziel: Escuchen,
habitantes de Judá y de Jerusalén,
y escuche también Su Majestad.
Así dice el Señor: No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran
ejército, porque la batalla no es de
ustedes sino mía.
Porque así dice el Señor Todopoderoso, cuya gloria me envió contra las
naciones que los saquearon a ustedes: La nación que toca a mi pueblo, me toca la niña de los ojos.
El mundo se acaba con sus malos deseos,
pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
DECLARACION DE FE DE ACUERDO A
LA PALABRA DE DIOS.
Mi Padre Celestial ha hecho un
pacto eterno conmigo. Por Su infinita
fidelidad y misericordia El siempre lo tiene en cuenta. En mi pacto con Dios, tengo Su promesa de
protección contra todos aquellos que quieran hacerme mal. Cuando ellos vienen
en mi contra, Dios mismo me defiende, es como si lo tocaran a El. Incluso reprende a reyes por mi causa. Soy un ungido de Dios (Él me ha llenado con Su
Espíritu Santo) y mi Señor Jesús no permanecerá
sin hacer nada contra aquellos que tratan de hacerme daño.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti
en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo
venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del
Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra.
Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre
los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como
lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección:
enriqueibarra.@integra.com.sv