jueves, 10 de noviembre de 2011

El Justo vive por confiar en la Palabra del Señor Jesús.

Habacuc 2:1-4; Hebreos 11:1;

"En mi puesto de guardia estaré, sobre la fortaleza afirmaré el pie. Velaré para ver lo que se me dirá y qué he de responder tocante a mi queja. "Jehová me respondió y dijo: Escribe la visión, grábala en tablas, para que pueda leerse de corrido. Aunque la visión tarda en cumplirse, se cumplirá a su tiempo, no fallará. Aunque tarde, espérala, porque sin duda vendrá, no tardará. Aquel cuya alma no es recta se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá"






Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.






Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan.






Me dijo Jehová: Toma una tabla grande y escribe en ella con caracteres legibles tocante a Maher-salal-hasbaz. Y junté conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.






Y gritó como un león: "¡Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guardia!






Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.






Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero. Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.










DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS


Estoy alerta a la revelación que el Señor Jesús me da a través de Su Palabra. Él siempre me da la visión correcta y en El tengo vida. Seguiré siendo obediente a Su Palabra y la seguiré con todo mi corazón. Cuando recibo la clara y delineada visión, con fe en mi corazón la escribo diligentemente y la entiendo claramente, comprendiéndola inequívocamente y declarándola para mi vida. Coloco esta visión en lugar donde regularmente la veo y se vuelve un recordatorio constante y una fuente de atención hacia mi meta. Hablare el final desde el principio y tengo plena confianza de que el Señor Jesús cumplirá esa visión en mí. Esto no es arrogancia, sino que es fe - y la fe es la sustancia de lo que espero.






Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:






Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan


3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).


Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.






Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv