sábado, 30 de abril de 2011

Dios Es Amor


1 Juan 4:7-10
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Muestro mi amor por el cuerpo de Cristo continuamente. Toda mi capacidad para amar procede de Dios ya que estoy en Él, y Él en mí, Su amor vive en mí.  Amo esto porque he nacido de Dios y conozco a Dios. Dios mostró Su amor por mí al enviar a Su Hijo Jesús al mundo para que vivamos por Él.  Esto es amor en su forma más pura - no es que provocaron esta relación de amor que ahora disfruto con el Padre Celestial, sino que Él me amó tanto y  envió a Jesús y me ha dado Salvación para alabanza de Su Gloria.  Dios alejó Su ira de mí y hoy me ha hecho Su propio hijo/ hija.  De hecho, me ha perdonado todo pecado y ahora soy hijo/hija de Dios Todopoderoso.
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Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

lunes, 25 de abril de 2011

Siembro La Palabra De Dios En Mi Corazón Y La Obedezco


Deuteronomio 11: 18-28
Grábense estas palabras en el corazón y en la mente;  átenlas en sus manos como un signo,  y llévenlas en su frente como una marca. Enséñenselas a sus hijos y repítanselas cuando estén en su casa y cuando anden por el camino,  cuando se acuesten y cuando se levanten;   escríbanlas en los postes de su casa y en los portones de sus ciudades. Así,  mientras existan los cielos sobre la tierra,  ustedes y sus descendientes prolongarán su vida sobre la tierra que el Señor juró a los antepasados de ustedes que les daría.  "Si ustedes obedecen todos estos mandamientos que les doy,  y aman al Señor su Dios,  y siguen por todos sus caminos y le son fieles, entonces el Señor expulsará del territorio de ustedes a todas esas naciones.  Así podrán desposeerlas,  aunque sean más grandes y más fuertes que ustedes.  Todo lugar donde planten el pie será de ustedes;  su territorio se extenderá desde el desierto hasta el monte Líbano,  y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo. Nadie podrá hacerles frente.  Por dondequiera que vayan,  el Señor su Dios hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante ustedes,  como se lo ha prometido. "Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición:   bendición,  si obedecen los mandamientos que yo,  el Señor su Dios,  hoy les mando obedecer;  maldición,  si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les mando seguir,  y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Someto todo mi corazón, alma y cuerpo a la Palabra de Dios. Medito en ella en su totalidad.  Todos Sus estatutos están pegados a mí como si se tratara de una señal en la mano o un adorno delante de mis ojos. Las escribo en los postes de mis casas y sobre mi puerta. Por la Palabra de mi Padre Celestial los días de mis hijos se multiplican. Amo y camino en todos Sus caminos. Estoy decidido a unirme a Jesús en el amor. Él es mi ejemplo y siempre está conmigo. Él expulsa a mis enemigos delante de mí y los despoja. Cada lugar que la planta de mis pies toque es mío. Lo reclamo para el reino de Dios. No hay ni una sola alma en toda la creación que tenga la capacidad de triunfar sobre mí.  Jesús ha puesto delante de mí la elección de vivir bajo Su bendición, o bajo la maldición. La elección es mía.  Puedo ser bendecido si elijo creer y respetar Su palabra y los estatutos de la misma, o puedo ser maldecido si decido rechazarlas.  Elijo la bendición!
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Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

domingo, 24 de abril de 2011

Jesús Es Señor, ¡Todo es tuyo! Yo sé


1 Crónicas 29:14-18
"Pero,  ¿quién soy yo,  y quién es mi pueblo,  para que podamos darte estas ofrendas voluntarias?  En verdad,  tú eres el dueño de todo,  y lo que te hemos dado,  de ti lo hemos recibido. Ante ti,  somos extranjeros y peregrinos,  como lo fueron nuestros antepasados.  Nuestros días sobre la tierra son sólo una sombra sin esperanza. Señor y Dios nuestro,  de ti procede todo cuanto hemos conseguido para construir un templo a tu *santo nombre.  ¡Todo es tuyo! Yo sé,  mi Dios,  que tú pruebas los corazones y amas la rectitud.  Por eso,  con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas,  y he visto con júbilo que tu pueblo,  aquí presente,  te ha traído sus ofrendas.  Señor,  Dios de nuestros antepasados Abraham,  Isaac e Israel,  conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo,  y dirige su corazón hacia ti.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS. 

Sé que todo lo que tengo procede de parte del Señor Jesús. Por lo tanto todo lo que doy en realidad le pertenece a Dios. Por lo tanto, toda mi fuerza y capacidad de dar ofrendas provienen de Él solamente.  Humildemente reconozco que solamente soy un administrador de Dios,  no soy el dueño titular. Por lo tanto, si en algo me puedo jactar, es en Él!  Toda mi alegría es en Él!  No doy de mala gana, sino con alegría. Considero que es un honor y un privilegio poder dar para el Reino de Dios. Mi dar es una declaración de que sólo Dios es el encargado de mi prosperidad (todo lo que hago sale bien y aumentado). Mi propósito en la vida es vivir de la manera y para el Reino de Dios.  Jesús es el Director de mis pensamientos y propósitos.  Jesús establece mi corazón leal hacia Él y me da toda la habilidad de caminar en el Poder de Su unción.
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Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

sábado, 23 de abril de 2011

El Espíritu de Jesús Me Habla


Hebreos 3:6-9
Cristo,  en cambio,  es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios.  Y esa casa somos nosotros,  con tal que mantengamos* nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece. Por eso,  como dice el Espíritu Santo: "Si ustedes oyen hoy su voz,  no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión,  en el día de prueba en el desierto.  Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba,  aunque durante cuarenta años vieron mis obras.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

Jesús es fiel, Él está a cargo de todos los hijos de Dios. Yo soy hijo de Dios, mi compromiso con Él es sincero y eterno. Nunca perderé la confianza en la Palabra de Dios que es mi fe en mi Padre Celestial, sino que continuamente confío en Él con todo el valor y la confianza.  Creo que Su Espíritu Santo nos  habla y nos guía por el buen camino, oigo Su voz cada día, y no hago mi voluntad sino la de Jesús, porque Él ha hecho mi corazón conforme a Su corazón para oírle y poder hacer Su voluntad.  No me rebelo contra  Él como lo hicieron los israelitas en el desierto. 
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Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

viernes, 22 de abril de 2011

Jehová Me Bendice y Me Gozo


Salmo 109: 26-31
¡Ayúdame, Jehová, Dios mío! ¡Sálvame conforme a tu misericordia! Y entiendan que esta es tu mano; que tú, Jehová, has hecho esto. Maldigan ellos, ¡pero bendice tú! Levántense, pero sean avergonzados, y que se regocije tu siervo. Sean vestidos de ignominia los que me calumnian; ¡sean cubiertos de confusión como con manto! Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca; en medio de la muchedumbre lo alabaré, porque él se pondrá a la diestra del pobre, para librar su alma de los que lo juzgan.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS.

El Señor Jesús es mi Roca y mi Fortaleza en momentos de dificultad. El me rescata con Gran Poder debido al gran amor que Él tiene por mí. El enemigo sabe con certeza que Dios está de mi lado. Cuando ellos maldicen, Dios bendice. Cuando atacan, El los humilla. Ellos huyen y corren envueltos en un manto de vergüenza. En cuanto a mí concierne, salgo librado de todo ataque. Me estoy riendo, regocijando de alegría y gritando alabanzas en el nombre del Señor Jesús! Él es mi Padre y mi Dios! Tomo mi lugar entre los poderosos y disfruto de sus muchas bendiciones! Estoy sentado a la mano derecha de mi Padre Celestial, juntamente con Jesús.  Él me ha dado Su Palabra y me libra de todo mal, Él nunca me ha dejado ni me ha desamparado!
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Si tú no has hecho a Jesús tú Señor y Salvador te invito a que te rindas a Él,  porque Él pagó un precio alto por ti en la cruz del calvario, recíbelo,  Él ha resucitado y quiere hacer morada en tu corazón.

Declare esta oración con fe y Jesús hará morada en ti hoy y será tu Señor:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.  Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).

 Señor, tu dijiste que cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan 3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu Santo y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).  Creo en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.