miércoles, 2 de noviembre de 2011

Levántate oh Dios y acuérdate de Tu pacto.


 Salmo 74:19-23; Deuteronomio 4:31; Proverbios 17:5; Salmo 3:3
No entregues a las fieras el alma de tu tórtola,  y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. Mira al pacto, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.  No vuelva avergonzado el abatido;  el afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. Levántate, oh Dios, aboga tu causa;  acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.  No olvides las voces de tus enemigos;  el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.

Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro;  Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad,  Ni mortandad que en medio del día destruya.

Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.

El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor;  Y el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo.

Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;  Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

DECLARACIÓN DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS

Aunque este rodeado de malvados y se burlen de mí,  el Padre del Señor Jesús, mi Dios recuerda Su pacto conmigo.  Él me libra de todo mal y levanta mi cabeza muy en alto sobre mis enemigos y estos son  avergonzados.


Si no has recibido a  Jesús tú Señor simplemente has la siguiente oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:

Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús. Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9). Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13; Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por ser el Señor de mi vida. Amén.

Si tus has hecho esta oración escríbeme a la siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv