Salmo 74:19-23; Deuteronomio 4:31; Proverbios 17:5; Salmo 3:3
No entregues
a las fieras el alma de tu tórtola, y no
olvides para siempre la congregación de tus afligidos. Mira al pacto, porque
los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. No vuelva avergonzado el abatido; el afligido y el menesteroso alabarán tu
nombre. Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el insensato te injuria cada
día. No olvides las voces de tus
enemigos; el alboroto de los que se
levantan contra ti sube continuamente.
Con sus
plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el
terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en
oscuridad, Ni mortandad que en medio del
día destruya.
Porque Dios
misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará
del pacto que les juró a tus padres.
El que
escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; Y el que se alegra de la calamidad no quedará
sin castigo.
Mas tú,
Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi
gloria, y el que levanta mi cabeza.
DECLARACIÓN
DE FE DE ACUERDO A LA PALABRA DE DIOS
Aunque este rodeado de malvados y se burlen de mí,
el Padre del Señor Jesús, mi Dios
recuerda Su pacto conmigo. Él me libra de
todo mal y levanta mi cabeza muy en alto sobre mis enemigos y estos son avergonzados.
Si no has recibido a Jesús tú Señor simplemente has la siguiente
oración creyendo en tu corazón y Cristo será su Salvador:
Padre Celestial, vengo a ti en el nombre de Jesús.
Tu Palabra dice: «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» y
«que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Hechos 2:21; Romanos 10:9).
Dijiste que sería salvo cuando el Espíritu Santo venga a morar en mí y me haga
nacer de nuevo (Juan
3:5-6, 15-16; Romanos 8:9-11), y que si te lo
pido, seré lleno del Espíritu y podré hablar en otras lenguas (Lucas 11:13;
Hechos 2:4).
Confío en tu Palabra. Confieso que Jesús es
el Señor y creo en mi corazón que lo resucitaste de entre los muertos. Gracias
por entrar a mi corazón, por 0darme tu Santo Espíritu como lo prometiste y por
ser el Señor de mi vida. Amén.
Si tus has hecho esta oración escríbeme a la
siguiente dirección: enriqueibarra.@integra.com.sv